sábado, 22 de mayo de 2010

LO MEJOR DEL MUNDO: TU LECHE

¿Por qué la lactancia debe extenderse por más de 6 meses?
Porque las madres y los bebés disfrutan mucho esta relación. ¿Por qué detener una relación que se disfruta?
Pero dicen que la leche materna no tiene valor después de los 6 meses.
Tal vez se diga, pero es falso. Que mucha gente diga semejante cosa sólo muestra que ignorante es mucha gente en nuestra sociedad sobre la lactancia. La leche materna, después de todo, es leche. Aún después de los 6 meses, todavía contiene proteínas, grasas y otros elementos nutricionales importantes y apropiados que los bebés y niños necesitan. La leche materna contiene factores inmunológicos que ayudan a proteger al bebé. De hecho, algunos de estos factores inmunológicos que protegen al bebé contra infecciones están presentes en mayores cantidades en el segundo año de vida que en el primero. Esto se debe a que los niños mayores de un año están expuestos a más infecciones. La leche materna contiene factores que ayudan a madurar el sistema inmunológico y a desarrollarse y madurar el cerebro, intestinos y otros órganos.
Se ha demostrado ampliamente en guarderías que los niños que amamantan tienen muchas menos y más leves infecciones que los que no lo hacen. Por lo tanto, la madre pierde menos días de trabajo si continúa amamantando a su bebé cuando ya ha regresado al mismo.
Es interesante que la publicidad de la compañías fabricantes de fórmulas inducen al uso de la fórmula (copia imperfecta del objeto real) durante un año, al mismo tiempo implican que la leche materna (de dónde se copia la replica imperfecta) es valiosa sólo durante 6 meses e incluso menos (“la mejor nutrición para los recién nacidos”). Muchos profesionales de la salud han adoptado este versito.
Escuché que los factores inmunológicos de la leche materna evitan que el bebé desarrolle su propia inmunidad si lo amamanto por más de 6 meses.
Esto es falso, de hecho, absurdo. Es increíble que tanta gente en nuestra sociedad tergiverse los beneficios de la leche materna volviéndolos una desventaja. Inmunizamos a los bebés para que ellos mismos puedan defenderse de una infección real. La leche materna también permite al bebé luchar contra las infecciones. Cuando el bebé lucha contra estas infecciones, se hace inmune. Naturalmente.
Pero yo quiero que mi bebé sea independiente
¿La lactancia hace al niño dependiente? No lo crea. El niño que lacta hasta que él mismo decide terminar (usualmente de los 2 a 4 años) generalmente es más independiente, y tal vez, más importante, más seguro de su independencia. El niño recibe confort, y seguridad desde el seno hasta que él está listo para dar el paso de concluir por sí mismo. Cuando lo hace por sí mismo, sabe que consiguió algo, sabe que avanzó. Esto es un momento muy significante en su vida.
Generalmente empujamos a los niños a independizarse demasiado rápido. Dormir solos muy pronto, separase del seno muy pronto, arreglárselas sin los padres muy pronto, hacer todo muy pronto. No lo empuje, y el niño se independizará al tiempo justo. ¿Cuál es el apuro? Pronto va a irse de su casa. ¿Quiere que lo hagan a los 14?
Por supuesto que la lactancia a veces puede ser utilizada para continuar una relación de sobredependencia. Pero también lo puede ser la comida y el entrenamiento para ir al baño. El problema no es la lactancia. Este es un tema aparte.
¿Qué más?
Posiblemente el aspecto más importante en alimentar a un niño no son los beneficios nutricionales o inmunológicos, sin quitarles su importancia, es la relación tan especial que se establece entre el niño y la madre. La lactancia es una viva confirmación de un acto de amor. Esto continúa cuando el bebé crece. Ninguna persona que alguna vez observó a un niño de 2/4 años amamantar puede testificar que allí no hay algo casi mágico y especial, algo que va más allá de la comida. Un niño que esta mamando puede romper a reír sin motivo aparente. Su deleite en el seno va más allá de la simple fuente de alimento. Y si la madre se permite, la lactancia se transforma en una fuente de deleite también para ella, más allá del placer de brindar alimento. Por supuesto no es siempre genial, pero, ¿qué cosa lo es?
Y si el niño se enferma o se lastima (como realmente sucede cuando conocen a otros niños y aprenden a jugar con otros) que forma más fácil y efectiva para tranquilizar al niño que a través de la lactancia? Recuerdo noches en el departamento de emergencias, llegaban madres con su niños enfermos. Las madres cuyos hijos no tomaban el seno andaban por los pasillos tratando de consolarlos, sin mucho éxito. Mientras que los niños que tomaban el seno estaban confortados, aunque no necesariamente felices. La madre conforta al niño enfermo a través de la lactancia, y el niño conforta a la madre a través de la lactancia.

EL DESTETE

Dra. Katherine A. Dettwyler
Departamento De Antropología
Texas A & M University
College Station Texas
(Breastfeeding ABSTRACTS, Ag. 1994, Vol. 14, Nº 1)
En los EE.UU. (y en casi todo el mundo) las mujeres reciben consejos contradictorios respecto a cuándo deben destetar a sus hijos. La Academia Americana de Pediatría recomienda 12 meses, OMS y UNICEF recomiendan al menos dos años. Muchos médicos consideran que seis meses constituyen una lactancia "prolongada" y algunos profesionales de la salud cuestionan los motivos de las mujeres que amamantan a sus hijos más de un año. Por su parte, las mujeres ocultan que amamantan a niños mayores para evitar la desaprobación de los profesionales de la salud y de los miembros de la familia. A partir de estudios antropológicos sabemos que en muchas culturas no occidentales las mujeres amamantan rutinariamente a sus hijos hasta los tres o cuatro años. ¿Son ellos los excéntricos o lo somos nosotros? ¿Podemos fijarnos en otros animales para determinar cuál sería la edad de destete de los humanos modernos si no estuviera modificada por motivos culturales?
Como todos los mamíferos, los humanos tenemos glándulas mamarias cuya función es nutrir a la progenie. Dentro de la clase Mamíferos, los humanos pertenecemos al orden de los Primates y poseemos el patrón básico de éstos para la actividad de amamantar y destetar, patrón que se ha moldeado durante más de 65 millones de años de selección natural con objeto de asegurar el mayor índice posible de supervivencia en la progenie de los primates. Se supone que este patrón básico tiene una esencia fundamentalmente genética. Además, también hay variables del ciclo vital de los primates no humanos asociadas con la edad a la que se produce el destete. ¿Qué sugieren estas variables con respecto a la edad "natural" de destetar a los humanos?
Destete al alcanzar el triple o cuádruple del peso del nacimiento:
La idea de que los mamíferos destetan a sus crías cuando éstas triplican o cuadruplican su peso de nacimiento aparece extensamente en la bibliografía sobre lactancia (Lawrence 1989). Este regla de tres es válida para los pequeños mamíferos, pero no para los grandes. Las investigaciones recientes se han centrado en la edad de destete y en el crecimiento de los grandes mamíferos, incluidos los primates. Los resultados indican que el destete ocurre algunos meses después de cuadruplicar el peso de nacimiento, y no al triplicarlo (Lee, Majluf y Gordon 1991). Como promedio, ¿cuándo cuadruplican su peso de nacimiento los bebés de los EE.UU.? Los varones en torno a los 27 meses y las niñas en torno a los 30.
Destete al alcanzar un tercio del peso de adulto:
Otros estudios sugieren que los primates se comportan como otros mamíferos destetando a cada uno de sus descendientes cuando alcanzan un tercio de su peso de adulto (Charnov y Berrigan, 1993). Los humanos alcanzan diferentes tamaños, pero con este método de comparación el destete tendría lugar tras 4 - 7 años de lactancia, siendo los niños generalmente amamantados por más tiempo que las niñas y los individuos pertenecientes a grupos de población de mayor tamaño por más tiempo que los pertenecientes a grupos de menor tamaño.
Destete de acuerdo con el tamaño del cuerpo adulto:
Harvey y Clutton-Brock (1985) publicaron un estudio sobre las variables del ciclo vital de los primates que incluía una fórmula para calcular la edad de destete en función del peso del cuerpo de una hembra adulta. La ecuación predice la edad de destete para los humanos entre los 2,8 y 3,7 años, dependiendo del peso medio del cuerpo de una hembra adulta, siendo las poblaciones formadas por individuos de mayor tamaño las que amamantan durante más tiempo.
Destete en función de la duración del período de gestación:
A menudo la bibliografía afirma que entre los mamíferos en general la edad de destete coincide aproximadamente con la duración del período de gestación (Lawrence 1989). Con este criterio, el destete en los humanos debería ocurrir tras sólo nueve meses de lactancia. Sin embargo, esta relación uno a uno se ve fuertemente afectada por el tamaño del animal adulto. En muchos primates pequeños, la duración de la lactancia es inferior a la duración del período de gestación. Entre las especies de primates de gran tamaño, la duración del período de lactancia excede ampliamente la duración media del período de gestación. Para los familiares más cercanos del género humano, el chimpancé y el gorila, la duración de la lactancia es superior en más de seis veces a la duración del período de gestación. Los humanos se encuentran entre los primates más grandes y comparten más del 98% de su material genético con los chimpancés y los gorilas. Según estas comparaciones, una estimación de la edad natural de destete para los humanos sería como mínimo de seis veces la duración del período gestante, esto es, 4,5 años.
Destete en función de la erupción dental:
De acuerdo con las investigaciones de Smith (1991), muchos primates destetan a su progenie cuando ésta desarrolla sus primeros molares permanentes. La erupción de los primeros molares permanentes tiene lugar en los humanos modernos aproximadamente a los 5,5 o 6 años. Es interesante señalar que los humanos alcanzan la autonomía inmunológica en torno a los seis años de vida, lo cual permite suponer que, a lo largo de nuestro reciente pasado evolutivo, los niños disponían de la inmunidad activa que proporciona la leche materna hasta esa edad más o menos (Frederikson).
Nuestro pasado evolutivo ha creado un organismo que delega en la lactancia el suministro del contexto para el desarrollo físico, cognitivo y emocional. Los datos sobre primates no humanos sugieren que los niños humanos están diseñados para recibir todos los beneficios de la lactancia durante un período mínimo de 2 años y medio y un aparente límite máximo de unos 7 años. La selección natural ha favorecido a los niños que presentan una fuerte predisposición genética a esperar ser amamantados varios años desde su nacimiento, por lo que el instinto de mamar permanece fuerte en ellos durante todo este período. Hoy en día muchas sociedades pueden satisfacer las necesidades nutritivas de los niños a partir del tercer o cuarto año de edad con alimentos de adultos modificados. Las sociedades industrializadas occidentales pueden compensar algunos (que no todos) los beneficios inmunológicos de la lactancia por medio de antibióticos, vacunas y mejoras sanitarias e higiénicas. Pero las necesidades físicas, cognitivas y emocionales de los niños persisten. Los profesionales de la asistencia sanitaria, los padres y el público en general deberían tomar conciencia de que entre los tres y los siete años es una edad razonable y apropiada para destetar a los humanos, por poco habitual que sea en los EE.UU. amamantar a un niño cuando ya ha dejado de ser bebé.

Tabúes y Temores Acerca del Destete Tardío: Fears and Taboos about Extended Nursing
Por Justin P. Call, MD
Este articulo apareció en "New Beginnings" Enero - Febrero 1988 y en "Nuevo Comienzo" Noviembre - Diciembre 1990.
El autor es miembro del Consejo Médico de La Leche League, profesor y Jefe de la División de Psiquiatría del Adolescente y del Niño en el Colegio de Medicina de la Universidad de California, Irvine. Es especializado en pediatría, patología pediátrica e investigación, en neuro-psiquiatría infantil y sicoanálisis infantil. Es fundador de la Asociación Mundial de Psiquiatría Infantil y Disciplinas Afines y ha sido consultor del Instituto Nacional para la Salud Mental en Estados Unidos.

Conocer a los hijos es conocerse a sí misma.
Nuestros sentimientos iniciales como padres son el asombro, el orgullo, la aceptación y la plenitud. Al criar los hijos tenemos la segunda oportunidad de crecer, de transmitir nuestras experiencias pasadas y de preparar el camino a generaciones venideras. Estar atento y seguir las pautas que el bebé nos indica, no solo en relación con el destete, sino también sobre todos los aspectos de la crianza, es quizás la mejor forma de ver la paternidad.
De esta manera, no sólo estamos atentos a las necesidades del niño y a lo que lo puede afectar, sino que nosotros como padres estamos también aprendiendo a serlo, y el niño puede enseñarnos muchas cosas.
Hay muchos temores y miedos acerca del amamantamiento prolongado, sobre dejar que el bebé tome la iniciativa para destetarse, sobre compartir con el niño la cama familiar. Quiero comentar sobre muchas teorías "profesionales" que hoy en día son reputadas, gracias a las vivencias de muchas madres que amamantan por períodos largos. Gracias a ellas.
Considero que el término infancia es muy útil porque define no solo la edad del niño sino que se refiere a una condición en la madre. El estado infancia que significa "no hablar", impone al observador o a la persona que cuida al niño la capacidad de emocionarse con los sentimientos del bebé y de tomar parte en la infancia misma.
Durante el período prenatal la madre siente una gran preocupación sobre su propio cuerpo. Es el inicio de la preocupación que más tarde sentirá por el cuerpo de su bebé , un aspecto fundamental para el proceso de apego. Esto significa algo extremadamente importante: la capacidad de la madre de atender no solo el cuerpo de su bebé sino todas sus necesidades. Todos los estudios sobre el comportamiento de los niños que hemos realizado en los últimos veinte años no significarían nada si no estuvieran relacionados con los sentimientos de las madres hacia sus bebés . Después del nacimiento la madre atraviesa por un período de gran sensibilidad durante el cual es supremamente vulnerable y puede seguir uno de dos caminos; el de la preocupación y apego por su bebé o el del desconocimiento y distanciamiento. El amamantamiento juega un papel muy importante en este período de aprendizaje.
Lo interesante es que el bebé está en capacidad de activar la respuesta en el estilo de crianza de su madre. El no es parte pasiva de este proceso, de hecho, se convierte en el arquitecto que construye los lazos que se convertirán en elementos tan importantes en su desarrollo.

La lactancia facilita el apego.

El intercambio entre la madre y el bebé es recíproco. La reciprocidad se vuelve entonces un distintivo de la relación madre-hijo, precisamente a raíz de la preocupación de la primera por el segundo. No es algo que existe solo en su imaginación. Esto, por supuesto, es especialmente válido para los niños amamantados; hay que recordar que la succión del bebé afecta el cuerpo de la madre. Investigaciones sugieren que polipétidos (incluyendo endorfinas) son producidas por la madre que amamanta, lo cual cambia su genio y receptividad y le produce un sosiego que facilita el amamantamiento. Estas son nuevas áreas para investigar en el campo de la biología y la psiquiatría. Ahora estamos comprendiendo los cambios hormonales que se presentan con la experiencia de la lactancia que facilitan el apego madre-hijo.
Es casi como si todo en la fase pre-lenguaje estuviera sentando las bases para el mutuo compartir. Y es que compartir tiene sus bases biológicas, el bebé nace para compartir su experiencia con su madre y ella a la vez, se dedica durante toda la vida a compartir sus experiencias con un nuevo ser. Por supuesto, con el amamantamiento hay una base fisiológica para las circunstancias psicológicas de la infancia.
Se ha visto cómo los bebés amamantados no utilizan lenguaje expresivo o señales tan pronto como los bebés alimentados con biberón, pero sus habilidades de comprensión están a menudo mucho más avanzadas. Además que los niños alimentados con biberón, ellos aún miran a sus madres como parte de sí mismos.
También por este motivo tienden a despertarse más en la noche, lo cual no es necesariamente malo. Los bebés que comparten la cama con sus padres tienden a despertarse más a menudo pero por períodos más cortos y con menos traumatismos para la familia. En nuestra sociedad realmente no sabemos cómo son los patrones de sueño normales de la infancia.
Al crecer tendrán menos ansiedad y más dominio de sí mismos.
La idea generalizada de que debemos lograr la independencia del niño en los primeros dos o tres años, pensando incluso que deben ser ya independientes aún a los seis meses, sencillamente no es válida. Mary Ainstworth, una excelente investigadora de la infancia, ha reunido abundante literatura que muestra esto. Los bebés muy apegados y sociológicamente dependientes de sus madres al año o a los dos años de edad, no serán inútiles enredados en la relación madre-hijo cuando mayores. Ellos tienen menos ansiedad al entrar al colegio y más dominio de sí mismos a los cinco años.
Esta es una de las grandes incomprensiones y una de las grandes discusiones de nuestra sociedad actual. La tendencia de nuestra sociedad de intentar hacer independientes a los bebés demásiado pronto, probablemente propicia un numero significativo de los problemás que sufre la sociedad actual. La pseudo-independencia lleva al falso yo y se presenta en los niños que no han tenido suficientes experiencias enriquecedoras y recíprocas con otros seres humanos para definir el propio yo.
Lo que pasa con el bebé a quien no se le permite ser dependiente y tener un largo período de crianza es que desarrolla un sentimiento de ser madre de sí mismo o ser padre de su padre. Impide que el niño desarrolle un verdadero yo, un sentimiento de ser "él mismo", de ser una verdadera persona. Este verdadero yo se define mediante la respuesta del mundo exterior, la capacidad de lograr que algo suceda en ese mundo, de ser hasta cierto punto omnipotente, la ilusión de ser dueño del mundo y quien manda en él. De esta forma, obtener respuesta de la madre es un aspecto muy importante de ese sentimiento de ser persona.
Amamantar es interactuar con el bebé.
Por otra parte, la actitud de pseudo-independencia da a la persona la sensación de estar separada de su verdadero yo. Muchas de las personas que crecen con esta independencia defensiva son, en lo profundo de sus mentes, según se ha podido descubrir por el psicoanálisis, exactamente lo opuesto de lo que demuestran: muy dependientes, inútiles, ansiosos, descontentos con lo que son y no se conocen a sí mismos.
El amamantamiento prolongado tiene aplicaciones muy interesantes en la búsqueda de la seguridad interior. En el transcurso de la lactancia el significado del seno para el bebé experimenta cambios. En la primera instancia, es un sitio donde prenderse satisfaciendo así el reflejo de afianzarse succionar; es algo que hace que la boca se mueva. Después, es algo que permite saciar el hambre del bebé . Posteriormente es la mamá tras el seno, su cara, su voz y la interacción recíproca con su bebé , todo ello consolidado alrededor del amamantamiento.
Cualquier pediatra puede decir que el destete después de los ocho meses es "más difícil" que el destete antes de esta edad. La razón esto es que después de esa edad el pecho empieza a tener una importancia más significativa para el niño como un objeto que sosiega y calma, lo cual no es malo. De hecho, es muy conveniente porque el amamantamiento continúa enriqueciendo el procesa de apego y hace la experiencia de la dependencia más significativa. Y de esta dependencia el niño va emergiendo gradualmente con un sentido de independencia más grande.
De manera que lo que sucede con el amamantamiento prolongado es que se convierte en un objetivo transicional como puede ser el muñeco de felpa, la almohadita o el trapito. Muchas mamás pueden desconcertarse con esta situación, pero lo cierto es que muchas otras se sienten a gusto y de hecho participan activamente de esta situación. En cierto modo, ellas saben intuitivamente que hay algo importante ahí que necesita ser desarrollado y preservado antes que rápidamente terminado.
La lactancia es una experiencia que crece y cambia.
Creo que la razón por la que la Liga de la Leche ha adoptado el concepto de permitir al bebé poner la pauta para el destete es un conocimiento intuitivo del hecho de que esta experiencia tiene que crecer y cambiar, y no terminar en destrucción. Su evolución involucra un proceso de mutuo crecimiento, de pertenencia, de creación, de concesiones, de dejar ir y de innumerables cambios antes que la transición final del destete ocurra. Ambos, madre y bebé , como resultado de la experiencia de la lactancia, tiene un potencial creativo que puede aflorar de muchas maneras en situaciones remotamente similares.

El destete gradual y lento es el ideal.

Otra idea común en nuestra sociedad acerca de la lactancia prolongada es que los niños pueden volverse afeminados, volverse "el niño de mamá" y que tendrán problemas con su identidad sexual. Por supuesto que algunos niños pueden presentar estos problemás, pero no son los que han tenido una crianza adecuada y además la oportunidad de crear esa experiencia psicológica tan especial de la que he venido hablando. Los niños que presentan estos problemas son los que han sido limitados en forma inusual y severa por los padres. No es algo que esté relacionado con el amamantamiento; está relacionado con todas las otras cosas que están involucradas en la interacción madre-hijo. Puede haber problemás cuando el hijo hombre es visto por la madre como "una extensión de ella" más que como un pequeño que está aprendiendo a ser hombre y descubriendo cómo ser hombre.
Otra idea generalizada en la actualidad es que el niño no será capaz de destetarse solo, sino que por el contrario querrá seguir prendido al seno de la madre para siempre. Este es un planteamiento cierto y falso a la vez. Por supuesto que los niños siguen prendidos al seno de la madre, en forma imaginaria; pero antes de que el niño pueda establecer el sentimiento de constancia de su propio pensamiento, su mente tiene que madurar para que pueda representar esa experiencia por fuera de la experiencia actual.
Es por eso que el destete gradual y lento, usando la intuición como guía antes que las instrucciones de otras madres, ya que no hay dos madres iguales ni dos bebés iguales, es preferible al destete artificialmente impuesto. Un destete arbitrariamente organizado puede interferir con el sentimiento del niño de ser una persona y de ser capaz de usar su propio discernimiento separadamente y en forma diferente a los demás.
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A las madres que amamantamos más allá de 5 ó 6 meses se nos acusa con frecuencia:
de ser nosotras las que tenemos la necesidad de hacerlo y no tanto nuestros hijos los que lo necesitan.
de no dejarles “crecer”.
de que nunca serán autónomos.
de viciarlos y que no quieran más que teta.
de no permitir su individualización.
de que no duermen bien por el vicio de la teta.
de que no les educamos ya que no les frustramos y se convierten en tiranos.
de futuros problemas de personalidad.
de futuros problemas de orientación sexual.
de futuros problemas de aprendizaje: si tardan en hablar, en andar, en escribir….todo es por la teta.
de distintos y diversos males, a saber:
si comen poco de otros alimentos: “claro con tanta teta”
si son menuditos y están en un percentil bajo: “si solo toma teta como va a crecer”
si son gorditos: “le das demasiada teta”
si se resfrían o enferman: o “tu se lo has contagiado” o no se porque pero también será culpa de la teta
que si diversas carencias nunca demostradas: carencia de hierro, de vitaminas...

Así, una madre que amamanta responde:
Hay una amplia y conocida bibliografía avalada por instituciones y asociaciones de prestigio (UNICEF, OMS, Asociación española de Pediatría……) que DA CUENTA DE LOS ENORMES BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA a todos los niveles. Y es algo que nadie discute. Para quien le interese es fácilmente localizable, hoy en día con Internet no hay excusa.
¿Necesidad materna?
Necesidad, necesidad ... no se si tenemos…pero la verdad es que da mucho gusto, es un gran placer y disfrute. Entendemos pues la desazón que puede desatar en las personas que no han podido ser amamantadas o no han podido amamantar. Es un placer sentir que con tu cuerpo proporcionas el mejor alimento físico y emocional a tu hijo/a, da gusto recuperar o encontrar la ternura, la suspensión del tiempo que se produce cuando estás en el cuerpo a cuerpo…….Pruébenlo, no se arrepentirán.
¿Necesidad del bebé?
Y los bebés son mamíferos (como nosotros) pero ellos por edad están más cerca de lo biológico que de lo cultural, así que sí, ellos necesitan ser amamantados. Uno de los reflejos más potentes al nacer es el de succión, les va la vida en ello.
¿No les dejamos crecer?
Más bien respetamos sus ritmos de crecimiento, no pretendemos acelerarlos. Creo que les dejamos y permitimos, precisamente por acompañarles en su crecimiento según sus necesidades y por darles contacto y satisfacción de la necesidad de dependencia. Porque los bebes son dependientes y necesitan satisfacer esa dependencia. Cuando van creciendo y adquiriendo capacidades crecientes somos las primeras en disfrutar de esas sus crecientes capacidades….PERO SEGUIMOS DISPUESTAS AL CUERPO A CUERPO CUANDO LO NECESITEN…..El ciclo "exploración del ambiente-recuperar fuerzas en los brazos, el pecho de mama" es lo normal…..La base segura que es la relación estrecha con la madre sirve entre otras cosas para “tener la energía” necesaria para seguir explorando y creciendo.
¿Nunca serán autónomos?
Sostenemos que para ser autónomos se precisa: 1) del desarrollo de capacidades y habilidades, las cuales obviamente el bebé pequeño no tiene y; 2) que las necesidades iniciales del bebé (de contacto, de dar respuesta con prontitud a sus demandas) sean bien satisfechas. Por tanto los niños serán autónomos cuando por edad puedan serlo y si las necesidades y dependencia inicial ha sido bien satisfecha.
¿Viciarlos, solo teta?
La mayoría de niños amamantados pasan por fases en que parece que efectivamente sólo quieren teta, pero son fases que suelen coincidir con tensiones en su vida (guardería, hermano…cambio domicilio…) o tensiones en la madre o en la familia o pequeños problemas de salud física. Simplemente el tiempo y la paciencia lo solucionan. Del vicio para que hablar, ¿que proyecta quien piensa que un bebe puede ser vicioso? La verdad es que amamantar a veces es cansado pero también es un chollo porque no solo alivia las tensiones, irritabilidades del niño sino también de la madre.
¿No permitimos su individualización?
El impulso hacia arriba, hacia el crecimiento está presente en todo ser humano. Pero lo contrario, el permanecer en la simbiosis es una tentación. No creo que las madres que no amamantan se libren de esa tentación de considerar a sus hijos como parte de si mismas, con la diferencia de que las madres que amamantan han sentido más intensamente la simbiosis y quizá por eso mismo están más dispuestas a permitir la separación (ya que en cada encuentro se rememora la fusión). Creo que es un conflicto al margen del amamantamiento.
¿No duermen bien por el vicio de la teta?
Los niños duermen como saben y es normal en ellos, con interrupciones o sea despertares más o menos frecuentes. ¿Que los de la teta se despiertan más? Pues a lo mejor algunos si, pero también vuelven a coger el sueño rápidamente …Y qué hay de los que también se despiertan (casi todos los bebes y niños pequeños lo hacen) y no está el pecho para calmarlos. Además ¿estamos dispuestas a destetar para ver si por casualidad duermen más? Creo que no. Llegado su momento duermen solos y de tirón.
¿No les educamos y se convierten en tiranos?
Creemos que no hay ninguna necesidad de frustrar con el afecto. Creemos que la realidad en si misma ya conlleva frustración porque la realidad impone que no podamos tener todo aquello que deseamos y ni los bebes ni los niños se libran de la realidad. Pero pensamos que como adultos ahí estamos para no añadir más tensión ni frustración innecesaria y para acompañar, aliviar el posible desahogo de la tensión generada por la frustración, que no es mala en si y que si es necesario aprender a tolerarla. Añadimos que más riesgos de convertirse en tiranos tienen aquellos niños a quienes no habiendo satisfecho su necesidad de contacto se les “inunda” equivocadamente con objetos (juguetes, chucherías, TV,…..) en un intento de “acallar” la demanda de tiempo, afecto, contacto…..y se desvía así la necesidad original. En resumen, frustrar con objetos si, frustrar con afecto no.
¿Futuros problemas de personalidad?
Desconozco si hay estudios recientes en condiciones pero los ya clásicos de Spitz, Bolwy de lo que hablan es de que es precisamente la carencia afectiva, la falta de contacto continuo, íntimo con la madre la que causa graves problemas de personalidad. Pero basta la reflexión para que no nos sea extraño pensar que adolescentes aquejados del mal del consumo (de lo que sea: drogas, alcohol, ocio, objetos……) ¿no son precisamente aquellos que de bebés fueron obligados a ser autónomos demasiado pronto y que para llenar ese vacío afectivo no han recibido sino objetos en lugar de afecto?
¿Futuros problemas de orientación sexual?
Solo habría que consultar los datos de homosexualidad de hace unos pocos años cuando era más común amamantar y la lactancia se prolongaba habitualmente hasta los dos o tres años como algo normal. Los datos sobre la orientación sexual hablan de que la frecuencia se mantiene a través del tiempo y las culturas independientemente del amamantamiento y de cualquier otro factor. Lo que si parece razonable esperar es que los bebes que han sido abrazados, acariciados, amamantados; es decir, que han recibido contacto físico, de mayores tienen más probabilidades de disfrutar del contacto afectivo con los demás, ya sea pareja, hijos, etc.
¿Futuros problemas de aprendizaje?
Hay estudios que por el contrario hablan de los beneficios a nivel cognitivo tanto por los nutrientes de la leche materna (¿que es lo último que añaden a la leche artificial? ¿los omega-3?, pues ha habido toneladas de leche artificial que ha carecido de dichos ácidos grasos tan importantes ¿Qué descubrirán el próximo año?) como por el contacto de interacción que proporciona la situación de amamantamiento.
En fin, que las madres que amamantamos pedimos respeto y que nos dejen Disfrutar.
Ana González Uriarte
Psicóloga

SIGNIFICADO DEL PECHO

En el transcurso de la lactancia el significado del seno para el bebé experimenta cambios.
Será un sitio donde prenderse satisfaciendo el reflejo de succión; algo que hace que la boca se mueva. Luego, le permite saciar el hambre. Y pasa a tener una importancia significativa como un objeto que sosiega y calma.
Mas adelante es la mamá detrás del pecho, su rostro, su sonrisa, su voz, su olor y la interacción recíproca con su bebé.
El vínculo madre - hijo, luego de pasar por una etapa normal de la dependencia simbiótica, alcanzará gradualmente una etapa de independencia en el vínculo.
Pero existe una tendencia en nuestra sociedad a intentar hacer independientes a los bebés antes que estén maduros para ello.
Una de sus formas es provocar un destete precoz.

DEFINICIÓN DE LACTANCIA PROLONGADA

La valoración de la duración de la lactancia materna es un fenómeno marcado por parámetros culturales e histórico personales.
Muchos consideran erróneamente que seis meses constituyen una lactancia “prolongada” cuestionando los motivos de las mujeres que amamantan a sus hijos más de un año.
A qué se hace referencia cuando se habla de lactancia prolongada?
Nosotros podríamos definirla como “El amamantamiento fuera de las normas culturales, o más allá del tiempo donde la mayoría de las madres dentro de la sociedad a la que pertenecen ya han destetado”.
Razones más comunes que inducen a aconsejar erróneamente el destete.
La aparición de los dientes.
El nacimiento de un hermano.
La adquisición del lenguaje.
El comienzo de la motilidad independiente del niño.
El comienzo de la escolaridad.
La reincorporación de la madre a la actividad laboral.
La duración del amamantamiento puede ser afectada por factores como:
(Cabrer,C; Piovanetti,Y; Pagán,D. Protocolos de Lactancia Materna. Segunda Edición. 2003. San Juan, Puerto Rico.)

Admisión del infante al área de intensivo (NICU) aún cuando la razón sea menor y temporaria.
Introducción temprana de suplementos.
Percepción de la madre de que no produce suficiente leche.
Si los patrones del infante difieren a las expectativas de la madre (sueño, llanto, alimentaciones, frecuencia, duración, etc.).
Madre adolescente.
Baja escolaridad de la madre.
Actitud negativa de la madre hacia el amamantamiento.
Actitud positiva de la madre hacia la botella.
Bajo conocimiento sobre el amamantamiento.
La madre estudia o trabaja.
La madre fuma.
Restricciones hospitalarias.
No asiste a grupos de apoyo.
Bajo conocimiento sobre el amamantamiento, tanto de la madre como del padre.
Pobre calidad de la información de lactancia que reciben.
Falta de apoyo de la familia, amistades, profesionales de la salud, etc.
Depresión en la madre.

DATOS ANTROPOLÓGICOS

Katherine Dettwyler en su libro, Amamantamiento, Perspectivas Bioculturales, relata que la práctica de amamantar hasta los seis años para los humanos comenzó a ser modificada, primero por el uso de fuego para cocinar (hace medio a un millón de años) y luego y más significativamente por el procesamiento de granos, moliendo o machacando, ambos proveyendo alternativas a vegetales no cocinados y carne animal cruda.
En Babilonia (3000 A.C.) se amamantaba durante 2 a 3 años.
Los Hebreos (Torah) mencionan un destete a los 3 años.
En Egipto el destete se recomendaba a los 3 años.
Los romanos creían que el destete completo no debía darse antes de los tres años de vida (Galen) o cuando tuvieran completa la dentición (Soranus).
En la Europa Medieval, el destete completo ocurría usualmente entre el año y los tres años de vida. En su libro, Mothering your Nursing Toddler, Norma Jane Bumgarner nos comenta:
“En India, influenciados por la creencia que cuánto más amamante un niño más años de vida tendrá, las madres amamantaban a sus niños lo más que pudiesen, a veces 7 o 9 años”. Los textos médicos en el período de Ayurvedic (1500 a 800 A.C.) recomiendan sólo leche del pecho para primer año, leches del pecho y sólidos durante segundo año, y el destete gradual después de eso.
Estudios etnográficos de sociedades pre-industriales muestran que el promedio de duración de la lactancia varía entre los tres y cinco años de edad de una cultura a otra y entre cada niño dentro de una misma cultura.
En el mundo musulmán, especialmente en África y el Sudán, el destete se rige por las enseñanzas del Corán, que recomienda hacerlo hasta los 2 años.
En 1951, en Mongolia, los niños eran amamantados durante 2 o 3 años, y tampoco era raro que un niño de seis o siete años quisiera ser amamantado para sentirse más seguro.
En Tsinghai, China, en 1956 las madres aún amamantaban durante varios años, 5 años no era inusual, o hasta que naciese otro niño.
En su libro, The Politics of Breastfeeding, Gabrielle Palmer menciona que “en el Este de Lincolnshire las mujeres amamantaban a sus hijos hasta los siete u ocho años de edad en 1820”.
Actualmente, en culturas no occidentales las madres amamantan a sus niños hasta los 3 o 4 años.
Las últimas pocas décadas de este siglo veinte son probablemente el único momento en la historia de la humanidad que los niños han sido completamente destetados en los primeros tres a seis meses de vida.
Según la antropóloga Katherine Dettwyler los seres humanos alcanzan autonomía inmunológica a los 6 años lo que sugiere que a través de nuestro más reciente pasado evolutivo los agentes inmunes contenidos en la leche materna estaban normalmente disponibles para el niño hasta aproximadamente esta edad.

ASPECTOS QUE CONTRIBUYERON A LA CREENCIA DEL EFECTO PERJUDICIAL DE LA LACTANCIA PROLONGADA Y MOTIVARON UN DESTETE PRECOZ

Desconocimiento sobre los beneficios de la lactancia materna y los riesgos de la lactancia artificial.
Mensajes erróneos de que los sustitutos de la leche materna son tan buenos o mejores que ella.
Rutinas hospitalarias que dificultan la práctica de la lactancia.
Falta de apoyo social y de asesoramiento adecuado.
Necesidad cada vez mayor de la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Una imagen idealizada de la figura de la mujer.
Los senos que son vistos como un objeto de estímulo sexual.

Estos fueron algunos de los motivos que contribuyeron a que cada vez fuera más extraña la imagen de una madre amamantando a su hijo durante largo tiempo, lo que nos permite interpretar la desvalorización y la norma cultural negativa hacia la lactancia en un niño mayor.
Ruth Lawrence nos dice: “Si uno fuera a determinar el momento apropiado para destetar estaría basándose en las necesidades nutricionales y los objetivos del desarrollo. Las observaciones acerca de otros mamíferos sugieren que al alcanzar un grado de madurez que permita al pequeño animal buscarse su propio alimento es el detonante para que la madre inicie el destete".
Mientras que en muchas culturas las madres que aún están amamantando a sus hijos de dos, tres, cuatro años o más son consideradas una excepción, posiblemente ellas sean más numerosas lo que la mayoría de la gente cree porque gran parte de ellas permanecen invisibles a propósito.
En la actualidad el destete precoz y las fallas a la hora de amamantar son consecuencia de la presión social y la falta de conocimiento y apoyo.

RECOMENDACIONES DE ORGANISMOS INTERNACIONALES

La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y la Sociedad Argentina de Pediatría recomiendan amamantar al menos dos años.
A pesar de ello solemos escuchar comentarios que reflejan el desconocimiento de las recomendaciones arriba mencionadas así como también una actitud generalizada por parte de la sociedad de no aceptación de la lactancia materna como la forma natural de alimentación de los niños por lo menos hasta el segundo año de vida.
Muchas mujeres ocultan que amamantan a niños mayores justamente para evitar la desaprobación de los profesionales de la salud y de los miembros de su familia.

DESMITIFICANDO PREJUICIOS

Existen prejuicios populares e incluso dentro de los profesionales de la salud sobre falsas consecuencias psicopatológicas que afectarían a los niños amamantados después del año.

Alcoholismo
Enfermedades psiquiátricas.
Dependencia excesiva.
Homosexualidad
Adicción a las drogas

ALCOHOLISMO

A comienzos de 1800 (en la época de la guerra de independencia americana) el Dr. Thomas Trotter, médico de la marina inglesa, presentó su tesis de grado en la que postulaba que destetar tempranamente al bebé lo predisponía a ser alcohólico en la edad adulta. En aquel entonces la propuesta tuvo buena acogida por parte de los médicos, sin embargo la tesis quedó en el olvido hasta que a fines de la década de 1950 un grupo de psiquiatras en Dinamarca que investigaba las causas de las deformaciones congénitas obtuvieron suficientes datos sobre la salud de los padres de 9182 niños nacidos en ésa época. Estos datos sirvieron en 1978 para realizar un estudio sobre el alcoholismo en aquellos niños (ahora adultos).
Encontraron que hacia los 30 años de edad, los hijos de padres alcohólicos tenían más probabilidades de ser alcohólicos que los hijos de padres no alcohólicos; y un dato que confirmaba la hipótesis del Dr. Trotter: al 48% de los sujetos alcohólicos su madre los había destetado tempranamente.
Existían 5 variables que influían estadísticamente para tener un hijo alcohólico.
Aunque el tener padres alcohólicos, bajo peso al nacer y un bajo nivel socioeconómico de la madre contribuían por separado a predecir el alcoholismo, el momento del destete era la variable que aportaba mas fuerza predictiva sobre el futuro alcoholismo del hijo a los 30 años de edad.

1) Destete temprano
2) Tener una madre alcohólica
3) Tener un padre alcohólico
4) Bajo peso al nacer
5) El nivel socioeconómico de la madre

DROGADICCIÓN

No se han encontrado trabajos científicos que encuentren relación causal entre la adicción a las drogas y la duración de la lactancia, por el contrario lo que demuestran los estudios como veremos más adelante es que a lactancias más prolongadas mayor nivel de adaptación social tiene el individuo.

ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS

En estudios de tipo empírico realizado en Nueva Zelandia por Fergusson se observó que si se controlan una serie de variables de confusión, no existe evidencia para sostener que la lactancia materna “prolongada” se asocie con problemas de desajuste social.
Un estudio que trató específicamente de bebés con lactancias “prolongadas” demostró un mayor ajuste social, y tendencias estadísticamente significativas de menores desórdenes de conducta con la duración creciente del amamantamiento. (Ferguson1987).

DEPENDENCIA EXCESIVA

Existen documentos que demuestran que la lactancia prolongada no es perjudicial para el desarrollo emocional de los niños.
En un trabajo de Stayton se encontró que los niños con mayor apego en la infancia no exhibieron conductas asociadas con temores a ser abandonados cuando sus madres dejaban el cuarto. El niño puede aceptar la cesación de contacto tranquilamente porque sabe que su madre será accesible a él si la necesita.
Las madres que amamantaban menos tiempo tenían niños que lloraban más cuando se separaban de ellas. (Stayton, 1973).

HOMOSEXUALIDAD

No existen trabajos científicos que relacionen la lactancia materna con la homosexualidad.
De todos modos es importante aclarar que la Asociación Americana de Psiquiatría hace 27 años despatologizó la homosexualidad.
Es ampliamente conocido el hecho de que ha sido retirada como diagnóstico del Diagnostic and Stadistical Manual of Mental Disorders (DSM). En 1952 figuraba como conducta patológica (DSM-I), en el DSM II (1968) como sexualidad desviada.
Hoy no es considerada por el DSM-IV como un trastorno.
De todos modos las evidencias de algunos trabajos sugieren que la población homosexual no tiene índices más altos de trastornos mentales que la población general. (Isay; 1991, Hanley-Hackenbruck; 1992, Hoocker, Evelyn; 1957).
A pesar de ello la homofobia entre los profesionales de la Salud Mental sigue siendo un tema ríspido especialmente ante los errores conceptuales de las investigaciones sobre la etiología, o causa, de la homosexualidad (Duranti R., 1999; Schüklenk et al, 1996; DeCecco J., 1995; Parr McWhiter, 1993).
Incluso la OMS sostiene que "la orientación sexual per se, no puede ser considerada un trastorno mental".

BENEFICIOS PSICOLÓGICOS

Como bien dice Priscilla Young Colletto la palabra “beneficio” quizás no sea la precisa, ya que estos “beneficios” en realidad son los que la naturaleza se proponía que sea lo normal para las personas. Amamantar es lo normal. Los sustitutos artificiales y el destete prematuro son, de hecho, lo anormal desde un punto de vista biológico. Son estas prácticas anormales las que colocan al niño en un lugar de enfermarse con facilidad y comprometen su inteligencia.
Existe abundante evidencia científica que documenta que sumado a las cuestiones de salud, cuánto más tiempo un niño sea amamantado, su Coeficiente Intelectual (IQ) será más elevado y sus notas serán mejores en el colegio en los años posteriores.
El desarrollo tanto físico como psíquico y social del niño desde su nacimiento, se sustenta en la maduración de las estructuras cerebrales durante los primeros años de vida.
El sistema nervioso central del niño es por tanto un órgano, cuyo desarrollo está condicionado por un programa genético y también por influencias externas, interacciones con los padres, estímulos sensoriales, ambientales, alimentación, enfermedades, etcétera.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS

Fergusson y colaboradores demostraron que los niños amamantados en forma prolongada, cuando llegan a la edad de 15 a 18 años presentan mejores niveles de apego a sus padres y consideran a sus madres menos sobreprotectoras pero que se ocupan más de su cuidado, si se los compara con otros jóvenes destetados precozmente.

El incremento en la duración de la lactancia materna se asoció a un incremento consistente y estadísticamente significativo en:
1) Cociente intelectual calculado a las edades de 8 y 9 años;
2) Comprensión de lectura, habilidad matemática, y escolares calculados durante el período de 10 a 13 años;
3) Evaluaciones docentes de lectura y matemáticas calculadas de 8 a 12 años;
4) Mayores niveles de logros en exámenes finales.

ANSIEDAD

La lactancia prolongada ayuda a los niños pequeños a tener una transición gradual a la niñez, les permite aliviar frustraciones, choques, golpes, y tensiones diarias. (Baumgartner, C.1984,)
En un estudio hecho por Bushnell (ya en el año 1977) se halló que las lactancias prolongadas están relacionadas con escalas menores de ansiedad en el adulto.
Hughes y Hawkins realizaron estudios hechos en mujeres jóvenes relacionados con el amamantamiento durante la infancia. Y concluyeron que cuanto más tiempo fueron amamantadas se encontraron menores niveles de ansiedad en estas mujeres.
El mismo Hughes junto con Bushnell determino que los estudiantes de primer año de psicología que fueron amamantados menos tiempo, tuvieron escalas de ansiedad más altas.
Relación entre la duración del amamantamiento y el desempeño cognitivo del niño.
Existen diferencias significativas entre el índice del desarrollo mental y la duración del amamantamiento (Morrow)
La lactancia prolongada está positivamente relacionada con pruebas en el vocabulario, el desarrollo temprano del lenguaje, coordinación visomotora y comportamiento y las medidas de la cabeza. (Taylor B, Wadsworth J). (Vestergaard M, Obel C).
Los chicos que habían sido amamantados más tiempo tenían en promedio un coeficiente intelectual 8 puntos más alto a los cinco años que los niños que habían sido amamantados por menos tiempo. (Torstein )
Los niños amamantados más tiempo tuvieron resultados más altos en el desarrollo cognitivo; inteligencia y desarrollo del lenguaje.
(Fergusson DM, Beautrais AL) (Horwood LJ, Darlow BA, Mogridge)

EXPERIENCIA PROFESIONAL

De acuerdo a mi experiencia profesional como psicóloga, en comparaciones hechas entre hermanos con distintos tiempos de amamantamiento, he podido observar que aquellos que han tenido lactancias más prolongadas presentaron:

Poder de observación muy acentuado
Acceso precoz a la lectura y la escritura.
Actitud de permanente curiosidad intelectual
Tendencia fuerte a la originalidad de conceptos, juicios, preguntas y soluciones de problema.
Facilidad para el pensamiento, la reflexión abstracta, y para la crítica
Tonos y reflexiones adultas para su edad
Confianza en sí mismos y en el mundo externo
Independencia madura
Fuerte sentido de la ética y los valores morales
Es nuestra responsabilidad como madres con experiencia en lactancia y lideres de LLLI transmitir estos conceptos a la sociedad, concientizándola respecto a los impedimentos culturales que empujan a las madres a realizar un destete precoz.
Informar a los profesionales de la salud, y a la sociedad de los beneficios de la lactancia materna más allá de lo que está reglado por las creencias populares. Y los riesgos de introducir tempranamente lactancia artificial, desculpabilizando a las madres que sufren el estigma de la sociedad por amamantar a sus hijos de acuerdo a sus mutuas necesidades biológicas.

Hola a todos. Quienes ya me conocéis desde que participo aquí no os sorprenderá el título de este mensaje, pero soy plenamente consciente de que otras muchas mamás puedan asustarse o incluso rechazar categóricamente que lleve tantos años dando pecho. Lo comprendo perfectamente, porque si el 2 de junio de 2001 cuando nació mi hija me habrían preguntando cuánto tiempo pensaba dar el pecho, yo habría contestado que como mucho un año, ya que es el tiempo que mi abuela dio de mamar a mi madre y mi madre me dio a mí. En 1954 y en 1979 un año se consideraba una lactancia prolongada...Afortunadamente, en el 2008 se conocen muchísssimos casos de niños que con un año siguen tomando el pecho sin que sus mamás se planteen un destete.
Como os decía, mi intención inicial era que la lactancia durara como mucho un año y en ese momento creo que me habría quedado casi en shock si hubiera escuchado una historia como la que yo ahora os narro pero es algo que ha sucedido de manera natural, dejando pasar el tiempo, disfrutando con la experiencia y aceptando la situación yo en todo momento (es decir, mi hija podría estar hace años destetada, pero yo no he querido obligarla ni he aprovechado los momentos en que ha estado desinteresada por el pecho).
La verdad es que me siento ORGULLOSA, en mayúsculas, de haber llegado hasta aquí. Tengo el referente de Tere Rico, del grupo Amamantar, que dio el pecho a su hijo hasta los siete años y medio y cuento con el apoyo y comprensión de muchas personas que saben que la lactancia prolongada tiene muchos beneficios a nivel emocional, nutritivo e inmunológico.
Mi hija mayor es una niña muy sana, con un crecimiento muy bueno (es de las más altas de su clase y está perfecta de peso), espabiladísima, alegre y feliz de seguir con su teta.
Cuando tenía tres años y pico yo creí que se iba a destetar porque tomaba el pecho una vez cada día o día y medio, pero entonces mi marido y yo pensamos en ser padres de nuevo y el embarazo lo logré ese mismo mes. Le dije que iba a tener un hermanito. Que a partir de ahora muchas personas le dirían que debía de dejar la teta, pero que yo no lo haría, porque no había nada de malo en dar el pecho durante el embarazo y que yo se lo daría hasta que ella quisiera. Le comenté que si ella solita dejaba la teta antes de nacer el bebé, cuando éste naciera yo me sacaría de vez en cuando leche y le haría con ella el cola cao de las mañanas. Esto le hizo mucha gracia y me decía que sí.
Lo cierto es que durante el embarazo se reenganchó mucho al pecho, comenzó a mamar bastante, no se olvidó de la teta ni un solo día y estando yo con contracciones el día del parto le di una buena toma de pecho, prometiéndole que cuando viniera a verme al hospital podría tomar de nuevo.
Su hermana nació el 9 de julio de 2005, perfecta, con apgar 10-10-10, se enganchó al pecho en la primera media hora tras el parto y cuando mi hija mayor vino a verla se comportó de una manera muy dulce y maternal con ella. Le pregunté si quería tomar pecho y me dijo que sí. Así que le permití mamar en un par de ocasiones. El día del alta me dio una fuerte subida de leche y en casa pudo tomar todo el pecho que quiso. La peque sólo había perdido 60 gr. Al día siguiente (ella tenía tres días y medio de vida) regresamos al hospital a hacerle las pruebas metabólicas y...¡¡sorpresa!! Ya estaba ganando peso. Con 12 días de vida su excedente era de 660 gr, para sorpresa de la pediatra, que me decía que eso lo tendría que ganar el primer mes de vida. Se crió super gordita y seguro que, en buena parte, fue gracias a que su hermana le ayudaba a conseguir la leche más grasa del final de la toma sin ningún esfuerzo.
En fin, estoy encantada de llevar 7 años dando el pecho, casi tres años de los cuales es en tándem. Sé que mi leche es buenísima para las dos, en buena parte de sus vidas ha sido casi su único alimento y he comprobado que las ha alimentado enormemente. Ellas disfrutan tomando el pecho juntas. Se dan la mano, se sonríen, a veces sueltan carcajadas y, en ocasiones, la mayor dice "1, 2 y...3" y a este aviso pegan un bote y se cambian de teta, muriéndose de la risa al ver mi cara de sobresalto.
Luego están los comentarios divertidos que a veces te hacen sobre la leche, las apreciaciones sobre la cantidad y sabor, la comparativa con la leche de vaca (ambas están de acuerdo que mi leche tiene mejor sabor)...
No sé cuánto tiempo de lactancia me queda por delante. La mayor en la actualidad hace dos tomas cada día: una a mediodía, antes de que me vaya a trabajar, y otra por la noche después de cenar. Yo creo que medio año más sí que tomará pecho (y tal vez más).
La pequeña, por su parte, lleva una temporada muy entetada, así que tengo claro que antes de los 4 años no se desteta.
En fin, perdonad la extensión. Quería compartir con vosotros esta experiencia, os quería resumir estos 7 años de lactancia y, la verdad, querría haberlo hecho de un modo más emotivo, poético y lleno de bonitas metáforas, pero con el jaleo que llevamos hoy con los preparativos de la celebración mi inspiración no ha dado para más ;-)
Gracias a todos los que me han ayudado a llegar aquí, como el es caso de Toni Oliver (matrón que me atendió el primer embarazo y nos daba clases de lactancia a las embarazadas inexpertas), al foro de LM de la AEPED fueron los primeros que me apoyaron cuando a los 27 meses estaba muy presionada por el entorno y con dudas), Begoña Burguera (pediatra de mi hospital muy pro-lactancia), Dr. Carlos González (él dice que la lactancia prolongada comienza a los 7 años, o sea que ahora empiezo esa andadura, y me ha hecho cambiar el chip en muchas cosas), madres que llevan años dando el pecho o haciendo el tándem que me han servido su ejemplo a quienes me han ofrecido su apoyo, ayuda y empatía.
Parafraseando lo que una vez digo alguien y adaptándolo a mi experiencia, os digo que:
LES DOY MI PECHO, ELLAS ME DAN SUS OJOS; LES DOY MI LECHE, ME ENTREGAN SU ALMA; LES DOY MIS BRAZOS, PONEN EN ELLOS SUS VIDAS.
Un abrazo para todos. Espero que mi experiencia pueda servir a alguien.
EL DESTETE NATURAL
Algunas personas creen que si el niño no es activamente animado a destetarse, no lo hará nunca por si mismo; sin embargo, esta idea es errónea, como lo demuestra el hecho de que en sociedades en que se permite al niño mamar tanto tiempo como quiera, acaba por destetarse él solo.
En la mayoría de sociedades humanas el destete suele ocurrir pasados los 2 o 3 años de edad; en nuestra cultura ocurría así hasta hace poco más de un siglo. Los acontecimientos que han condicionado en nuestro medio el rechazo cultural hacia la lactancia más allá del primer año son complejos, pero no dejan de ser cuestiones culturales, que no tienen que ver con las necesidades biológicas ni psicológicas del niño.
Está muy extendida la creencia de que a partir de una cierta edad la leche materna no alimenta, que el niño mayor que mama es por vicio, o de que la lactancia prolongada afecta negativamente el desarrollo psicológico del niño. Estas creencias han llegado a calar profundamente en la mayoría de las personas, incluyendo médicos, psicólogos y pedagogos.
Esta presión cultural en contra es el principal inconveniente de la lactancia prolongada; en algunos países, como Estados Unidos, es algo tan inusual que algunos han llegado a verla como una perversión. Existen casos de madres acusadas de abusos contra sus hijos.
De hecho, el estigma social de continuar amamantando a un niño que ya camina o que va a la escuela fuerza incluso a madres seguras de sí mismas a hacerlo en la clandestinidad; los que más han dañado la lactancia prolongada han sido los profesionales de la salud, dando información sin base científica real, a la vez que desalentando a las madres que han querido prolongar la lactancia.
Cada especie de mamíferos tiene una edad en la que el destete ocurre de forma natural, que probablemente esté condicionada genéticamente. En nuestra especie es difícil deslindar lo cultural de lo biológico.
La antropóloga K. Dettwyler, de la Universidad de Texas, ha recogido información acerca de la edad de destete de los primates no humanos, poniéndola en relación con variables del ciclo vital, tales como peso al nacimiento, peso del adulto, periodo de gestación y erupción de molares permanentes; extrapolando estos datos a la especie humana, parece que el destete natural podría ocurrir entre los 2 años y medio y los 7 años.
Estos datos vienen a ser apoyados por dos hechos de diversa índole:
En sociedades actuales en las que el rechazo cultural a la lactancia prolongada no existe, las madres amamantan a sus hijos hasta los 4 años por término medio.
Se estima que el sistema inmunitario de los seres humanos no está maduro y plenamente operativo hasta los 6 años de edad.

CAMBIOS EN LA LECHE DURANTE EL DESTETE
Existe la creencia popular de que a una determinada edad del niño la leche materna pierde sus propiedades nutritivas. Esto no sólo no es así, sino que no existe ningún alimento que aisladamente supere el valor nutritivo de la leche. Si que la pueden superar en algún nutriente en concreto (Por ejemplo, el hígado la supera en hierro, la papaya en vitamina C y la carne de buey en proteínas) pero no en todos a la vez; de manera que la leche materna sigue siendo el alimento más nutritivo de cuantos pueda tomar un niño, aunque tenga tres o cuatro años.
Existen algunos estudios que evalúan los cambios en la composición de la leche materna durante el proceso del destete, en ellos se demuestra que el volumen de leche disminuye en proporción a la cantidad de otros alimentos que tome el niño (a menor hambre, menor succión y menor producción de leche). La concentración de proteínas aumenta hasta el 142% del basal, los lípidos mantienen su concentración, el hierro aumenta hasta el 172%, el calcio permanece constante y el zinc disminuye hasta el 58% del basal. Los factores inmunitarios se mantienen durante el destete gradual. Hay que decir que estos estudios se hicieron en niños que fueron destetados por causa del propio estudio, a la edad de 7 meses, y que el destete duró 3 meses, pero no dice nada de lo que puede ocurrir durante el destete natural, que puede tardar varios años.
Resumen basado en:
Dra. Pilar Serrano Aguayo. Alimentación complementaria y destete en el niño. En: Lactancia Materna. Josefa Aguayo Maldonado (Ed.) Universidad de Sevilla. 2001
Ruth A. Lawrence. La Lactancia Materna: Una guía para la profesión médica. Cuarta edición. Mosby 1996


Todo esto está bajado de dos páginas de Internet:
www.dardemamar.com
www.crianzanatural.com

Besos y espero que les sirva.
Luz

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