jueves, 2 de junio de 2011

EL OPIO DE LOS PUEBLOS

EL OPIO DE LOS PUEBLOS



Los macarras de la moral

Sin prisa pero sin pausa como el calabobos
Desde la más tierna infancia preparan el cebo
Si no te comes la sopa te llevará el coco
Los tocamientos impuros te dejarán ciego.

Y te acosan de por vida azuzando el miedo
Pescando en el río turbio del pecado y la virtud
Vendiendo gato por liebre a costa de un credo
Que fabrica platos rotos que acabas pagando tú

Anunciando apocalipsis
Van de salvadores
Y si les dejas te pierdes, infaliblemente
Manipulan nuestros sueños y nuestros temores
Sabedores de que el miedo nunca es inocente

Hay que seguirles a ciega y serles devotos
Creerles a pies juntillas y darles la razón
Que el que no quede quieto no sale en la foto
Quien se sale del rebaño, destierro y excomunión.

Sin prisa pero sin pausa esos carcamales
Organizan su cruzada contra el hombre libre
Más o menos responsable de todos los males
Porque piensan por su cuenta, sueñan y lo dicen.

Si no fueran tan temibles, nos darían risa
Si no fueran tan dañinos, nos darían lástima,
Porque como los fantasmas, sin pausa y sin prisa,
No son nada si les quitas las sábanas…

(Joan Manuel Serrat, Sombras de la China, 1998)



La religión es uno de esos temas que conviene evitar, todo mundo lo sabe. Sin embargo, aún a riesgo de herir susceptibilidades y condenar mi alma inmortal vaya a saber a qué infierno, estoy decidida a dejar caer en sus manos, como quien no quiere la cosa, el siguiente informe.

La causa es noble, créanme. No perdería mi tiempo en la crítica estéril si no estuviera convencida de aportar mi granito de arena para asegurarles un fututo mejor a nuestros hijos. Por lo tanto, abran sus mentes y denle a lo que viene, al menos, el beneficio de la duda…

La única actitud apropiada para que adopte el hombre en cuanto a los grandes interrogantes no es la certeza arrogante que ha sido el sello de la religión, sino la duda. La duda es humilde, y eso es lo que necesita ser el hombre, considerando que la historia humana es sólo una larga letanía de malas decisiones.

FELIZ NAVIDAD, HORUS

En casa nos gusta armar el arbolito. Es una de esas tradiciones divertidas y mágicas del mundo infantil, con sus luces y colores, sus obsequios y comidas especiales, los villancicos de Coca Cola, los recuerdos, los olvidos, el moco fácil, las resacas, las gastroenteritis…

Por unos días, todo es rojo, verde y dorado (¿de dónde habrán salido esos colores?) y el “espíritu de la navidad” nos lleva a gastar más de lo que tenemos, a comer más de lo que debemos y a prometer cosas que olvidamos ni bien nos baja el nivel de alcohol en sangre.

Tengo que decirlo: Santa Claus no existe. Lo siento, pero es así. Tampoco los reyes, bueno, esos sí, pero no de la manera en que los hemos imaginado siempre…

Honore Balzac decía: “Hay dos historias, la historia oficial, embustera, que todo mundo conoce, y la historia secreta, en la que se encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia vergonzosa.”

He aquí la otra historia…

Debido a que la vida dependía de él (y los pueblos de la antigüedad ya lo sabían), el sol fue siempre objeto de adoración.

De igual manera estaban conscientes de las estrellas. El seguirlas les permitía reconocer y anticipar los eventos que ocurrían sobre períodos largos de tiempo, como los eclipses y las lunas llenas.

A su tiempo catalogaron a grupos celestiales en lo que hoy conocemos como constelaciones. Así surgió la cruz del zodíaco, una de las imágenes conceptuales más viejas de la historia de la humanidad. Muestra el paso del sol a través de las doce constelaciones mayores en el curso de un año. También refleja los doce meses del año, las cuatro estaciones, los solsticios y los equinoccios. El término zodiaco se relaciona con el hecho de que las constelaciones fueron antropomorfizadas, es decir se les confirió formas conocidas, ya sea de personas o animales.

En otras palabras, las primeras civilizaciones no sólo seguían al sol y a las estrellas, sino que además los personificaban con elaborados mitos incluyendo sus movimientos y relaciones. El sol con sus cualidades de dar y cuidar la vida fue personificado como un representante del creador no visto, o Dios: la luz del mundo, el salvador de la humanidad. De la misma manera, las doce constelaciones representaban lugares de viaje del dios sol y eran identificadas con nombres, generalmente representando elementos de la naturaleza que se sucedían en ese periodo de tiempo, por ejemplo Acuario, el aguatero, que trae las lluvias de primavera.

Veamos a Horus, este dios egipcio que representa al sol y data de aprox. 3000 años antes de Cristo.

Su vida es una serie de mitos alegóricos relacionados con los movimientos del sol en el cielo. Debido a los viejos jeroglíficos hallados en Egipto sabemos mucho sobre este mesías solar: por ejemplo que tenía un enemigo conocido como Set, quien era la personificación de la oscuridad o la noche, y hablando metafóricamente, cada mañana Horus le ganaba la batalla a Set, mientras en el atardecer Set conquistaba a Horus y lo mandaba al bajo-mundo. Es importante notar que luz vs. oscuridad o bien vs. mal son unas de las dualidades mitológicas que más extendidamente se conocen y aún se expresan en varios niveles hasta la fecha.

En líneas generales, la historia de Horus es la siguiente:

 Es el hijo del dios Osiris (el equivalente al Dios Padre de los cristianos)
 Nació el 25 de diciembre
 De la virgen Isis Meri
 Su nacimiento fue acompañado por una estrella en el este, la cual ayudó a tres reyes a ubicar y adorar el salvador recién nacido.
 A los doce años era un niño maestro prodigio
 Fue bautizado a los 30 años por alguien llamado Anup el Bautista, que luego fue decapitado. A partir de allí empezó su ministerio.
 Tenía doce discípulos que viajaban con él, realizando milagros, como curar enfermos, expulsando demonios y caminando sobre el agua.
 Era conocido por varios nombres: la luz, la verdad, el hijo elegido de dios, el buen pastor, la oveja de dios.
 Al igual que Jesús, Horus fue tentado mientras vagaba en el desierto
 Revivió a Azar de entre los muertos (Azar se traduce como Lázaro)
 Fue traicionado por Typhon y crucificado
 Luego de tres días, dos mujeres anunciaron que Horus, el salvador de la humanidad, había resucitado.

Estos atributos de Horus parecen haberse infiltrado en muchas otras culturas del mundo, haciendo que otros dioses tengan la misma estructura mitológica general:

 Attis, en Grecia, 1200 AC, nacido de la virgen Nana el 25 de diciembre, crucificado, muerto por 3 días y resucitado.
 Krishna, en India, 900 AC, nacido de la virgen Devaki, una estrella del Este señaló su llegada, era carpintero, fue bautizado en un río, realizaba milagros con sus discípulos, y después de su muerte, resucitó.
 Dionisio, en Grecia, 500 AC, nacido de una virgen, un 25 de diciembre, era un maestro viajero que realizaba milagros, como transformar el agua en vino. Se lo llamaba Rey de Reyes, Único hijo de Dios, el Alfa y el Omega y muchos otros, y luego de morir, resucitó.
 Mithra, de Persia, (600 años AC) nacido de una virgen, el 25 de diciembre, tenía 12 discípulos, realizaba milagros y luego de morir, fue enterrado por 3 días y resucitó. También se lo llamaba La Verdad, La Luz, el pastor, el salvador, el mesías. El día sagrado para adorar a Mithra era el séptimo día de la semana.

El hecho es que hay numerosos salvadores, de diferentes periodos y en todo el mundo que concuerdan con estas características generales. Ahora bien: ¿por qué estos atributos? ¿por qué el nacimiento de una virgen el 25 de diciembre? ¿por qué muerto por 3 días y la resurrección inevitable? ¿por qué 12 discípulos?.

Veamos al más reciente de estos Mesías solares:

 Jesucristo nació de la virgen María, un 25 de diciembre, en Bethlehem.
 Su nacimiento fue anunciado por una estrella del este a la que siguieron tres reyes para llegar a él y adorarlo.
 Fue maestro a los 12 años
 A los 30 fue bautizado por Juan el Bautista y ahí comenzó su ministerio.
 Tenía 12 discípulos que viajaban con él y realizaba milagros como curar enfermos, caminar sobre las aguas y levantar muertos
 También era conocido como Rey de Reyes, el Hijo de Dios, la luz del mundo, el Alfa y el Omega, la oveja de Dios, y muchos otros
 Después de haber sido traicionado por Judas y vendido por 30 piezas de plata, fue crucificado, puesto en una tumba y luego de 3 días resucitó y ascendió al cielo.

Ante todo, debemos comprender que la secuencia del nacimiento es completamente astrológica, esto quiere decir, que viene de la observación de los astros.

 Para empezar, la estrella en el este es Sirio, la más brillante en la noche. El 24 de diciembre se alinea con las tres estrellas más brillantes del cinturón de Orión, estas tres estrellas se llaman hoy como se llamaban en la antigüedad: los tres reyes.
 Los tres reyes y la estrella más brillante, Sirio, apuntan al lugar donde sale el sol el 25 de diciembre, por esto es que los tres reyes “siguen” a la estrella del este, para ubicar la salida del sol, el nacimiento del sol.
 La virgen María es la constelación de Virgo, también conocida como la Virgen (Virgo en Latín significa Virgen)
 Virgo también es referido como la Casa del Pan y la representación de Virgo es una virgen sosteniendo un puñado de trigo. Esta casa de pan y su símbolo de trigo, representan agosto y septiembre, la fecha de la cosecha, Bethlehem de hecho, se traduce literalmente como “casa de pan”, Bethlehem es entonces una referencia a la constelación Virgo, un lugar en el cielo, no en la tierra.
 Hay otro fenómeno muy interesante que ocurre alrededor del 25 de diciembre en el hemisferio norte, el solsticio de invierno. Desde el solsticio de verano hasta el solsticio de invierno, los días se hacen más cortos y fríos. Desde la perspectiva del hemisferio norte, el sol parece moverse hacia el sur haciéndose más pequeño y escaso. El acortamiento de los días y la caducidad de las plantaciones cuando se acercaba el solsticio de invierno simbolizaba el proceso de la muerte para los antiguos: era la muerte del sol. Hacia el 22 de diciembre la desaparición del sol era un hecho, habiéndose movido hacia el sur continuamente durante 6 meses llega a su punto más bajo en el cielo. Aquí algo curioso sucede: el sol deja de moverse hacia el sur, al menos en apariencia. Durante esta aparente pausa de 3 días el sol permanece cerca de la constelación Cruz del sur o cruz. Después de este tiempo, el 25 de diciembre, el sol se mueve 1 grado, esta vez hacia el norte, anunciando días más largos, más tibios y la primavera. Entonces se dijo: el Sol murió en la cruz, estuvo muerto por tres días, sólo para resucitar o nacer nuevamente. Esto explica por qué Jesús y muchos otros mesías solares comparten la crucifixión, la muerte de tres días y el concepto de resurrección. Es el período de transición del sol antes de cambiar su dirección hacia el Hemisferio Norte, trayendo la primavera, y por consiguiente, la salvación. Sin embargo no celebraban la resurrección del Sol hasta el equinoccio de primavera o Pascuas. Esto se debe a que en el equinoccio el sol oficialmente vence a la “malvada oscuridad”, cuando los días se hacen más largos que las noches.
 Probablemente el más obvio de todos los simbolismos astrológicos alrededor de Jesús sean los doce discípulos. Son simplemente las doce constelaciones del Zodiaco a través de las cuales Jesús (el Sol) viaja. De hecho el número 12 se ve en toda la Biblia:
 Doce tribus de Israel
 Doce hijos de Jacobo
 Doce jueces
 Doce grandes patriarcas
 Doce profetas
 Doce reyes
 Doce príncipes

 Otra metáfora astrológica – astronómica, tiene que ver con las Eras. Esto es un fenómeno conocido como precesión de equinoccios. Los antiguos egipcios y otras culturas aún más antiguas reconocían que aproximadamente cada 2.150 años, en el equinoccio de primavera se entraba a un nuevo signo. Esto tiene que ver con el lento movimiento angular que la tierra mantiene mientras rota sobre su eje y se diferencia de lo que sucede durante el año astral en que aquí los signos van hacia atrás, esto es, en sentido contrario. El tiempo que se tarda en pasar por los 12 signos es de aproximadamente 25.765 años. Las antiguas civilizaciones llamaban a este período “gran año” y a los 2.150 años le decían “Era”
 De 4.300 A.C. a 2.150 A.C. fue la Era de Tauro, el toro. De 2.150 A.C. a 1 D.C. fue la Era de Aries, el carnero. Y de 1 D.C. a 2.150 D.C. es la era de Piscis, en la que estamos hoy. Alrededor de 2.150 entraremos en una nueva era, la de Acuario.
 La Biblia refleja en líneas generales, un movimiento simbólico a través de tres Eras mientras anuncia una cuarta. En el Viejo Testamento, cuando Moisés baja del Monte Sinaí con los diez mandamientos, se enfada al ver a su gente venerando un becerro de oro. La ira siempre se atribuyó a que los israelitas estaban idolatrando a un ídolo falso, sin embargo la historia tiene otra lectura: el toro de oro es Tauro, y Moisés representa la nueva era de Aries, el carnero. Es por eso que los judíos aún soplan el cuerno del carnero. Jesús es la figura que acompaña la Era que sigue: Piscis o de los dos peces. De hecho, el simbolismo de los dos peces abunda en el Nuevo Testamento: Jesús alimenta a una multitud con cinco panes y dos pescados; cuando comienza su ministerio, caminando por Galilea, conoce a dos pescadores, que lo siguen.
 En Lucas 22:10, cuando los discípulos le preguntan a Jesús donde serán las próximas Pascuas (nacimiento del sol) cuando él ya no esté, Jesús responde: “Cuando entren a la ciudad contemplen, ahí encontrarán a un hombre sosteniendo un cántaro de agua… síganlo a la casa donde entre.” Este escrito es uno de los más reveladores de todas las referencias astrológicas: el hombre llevando el cántaro de agua es Acuario, el aguatero. Él representa la era que sigue a Piscis, y cuando el sol (Dios) deje la Era de Piscis (Jesús) irá a la casa de Acuario, ya que Acuario sigue a Piscis en la precesión de los Equinoccios.

El personaje de Jesús, como híbrido literario y astrológico, es explícitamente un plagio del Dios del Sol egipcio Horus. En las paredes del templo de Luxor, 3.500 años atrás, hay imágenes de la anunciación, la concepción inmaculada, el nacimiento y la adoración de Horus. Las imágenes comienzan con Thaw anunciando a la virgen Isis que concebirá a Horus. Luego, el Espíritu Santo Nef impregna a la virgen, y después vienen el nacimiento y la adoración. Esta es exactamente la historia de la concepción milagrosa de Jesús. De hecho, las similitudes literales entre ambas religiones, por ejemplo, la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo, para los antiguos egipcios era: el Padre Osiris, el Hijo, Horus y el Espíritu Santo, Ra. O Seb, que es carpintero y esposo terrenal de la virgen Isis, y actúa como padre terrenal de Horus mientras es pequeño, se parece a José, carpintero, esposo de la virgen María… etcétera, etcétera… también a Horus lo tienta el demonio (Sut) en la montaña. Y resucita a su amigo Asar (Jesús hace lo mismo con Lázaro). Horus tendrá un segundo advenimiento, Jesús también.

Hay muchísimas más, quien tenga tiempo y ganas puede tomarse el trabajo de investigar sobre el tema.

 Lo real es que el plagio es continuo. La historia del Arca de Noé está tomada directamente de la tradición. El concepto de la gran inundación es común a través del mundo antiguo, con más de 200 declaraciones diferentes, citadas en distintos períodos. En la “Épica de Gilgamesh”, escrita 2.600 A.C. la historia habla de una gran inundación mandada por Dios, de un arca que salvó a los animales, incluso el envío y retorno de una paloma.
 También la historia de Moisés es plagio. El bebé puesto en un canasto y dejado en el río para evitar el infanticidio, rescatado por una hija de la realeza y criado por ella como un príncipe. Es la misma historia copiada del mito de Sargon de Akkad, aproximadamente 2.250 A.C., quien fue puesto en un canasto, dejado en el río para evitar el infanticidio, rescatado y criado por Akki, una comadrona real. Aún más: Moisés es conocido como El Dador de Leyes, de los Diez Mandamientos. Sin embargo, la idea de una ley que es pasada por Dios a un profeta en la montaña es también un tópico muy viejo. Moisés es un dador de leyes dentro de una muy larga lista de “dadores”. En India, Manou; en Creta, Minos, que asciende al monte Dicta donde Zeus le da las leyes sagradas; mientras que en Egipto estuvo Mises, que llevó las placas de piedra donde se escribieron las leyes de Dios… ¿notan algún parecido entre los nombres? (Manou, Minos, Mises, Moises)
 En cuanto a los 10 mandamientos, fueron sacados completamente del Encanto 125 del Libro de los Muertos egipcio. Lo que en él aparece como “No he robado” se transformó en “No robarás”; “no he matado” en “No matarás”; “no he mentido”, en “No levantarás falso testimonio ni mentirás” y así sucesivamente. De hecho, la religión egipcia es probablemente la primera base fundacional para la teología judeo – cristiana. Bautismo, vida después de la muerte, juicio final, nacimiento por virgen, crucifixión, resurrección, arca de la alianza, circuncisión, comunión, diluvio, pascua cristiana, navidad, pascua judía y aún más, son todos atributos de la religión egipcia, creadas mucho antes.
 Incluso, el tema de transferencia de atributos de un personaje a un nuevo personaje se puede encontrar en la misma Biblia. En el Viejo Testamento está la historia de José. José fue un prototipo de Jesús.

 José tuvo un nacimiento milagroso
 Jesús tuvo un nacimiento milagroso
 José tenía 12 hermano
 Jesús tuvo 12 discípulos
 José fue vendido por 20 piezas de plata
 Jesús fue vendido por 30 piezas de plata (por la inflación)
 El hermano Judah sugirió la venta de José.
 El discípulo Judas vendió a Jesús.
 José comenzó su trabajo a la edad de 30 años
 Jesús comenzó su trabajo a la edad de 30 años


 Además de todo lo anterior ¿hay alguna referencia histórica no bíblica de alguna persona viviendo con el nombre de Jesús, el hijo de María que viajaba con 12 seguidores curando gente y demás?. NO. Ninguno de los numerosos historiadores que vivieron en el Mediterráneo, durante o luego de la supuesta vida de Jesús documenta a esta figura, algo extraño, teniendo en cuenta el hecho de que era un personaje público, conocido y seguido por las multitudes de cada ciudad que visitaba, según los relatos de los evangelios. Sin embargo, hay cuatro historiadores que son citados para justificar la existencia de Jesús: Pliny el joven, Suetonious y Tácito, que en unas pocas oraciones se refieren al “elegido”, pero nunca dan el nombre de Jesús. El cuarto, Josephus, aunque se ha probado desde hace cientos de años que se trata de una falsificación, aún hoy es citado como cierto.


DE PROFETAS Y DE LOCOS…

El hecho de que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio.-
George Bernard Shaw

Nos hemos acostumbrados a este delirio colectivo, después de todo, lo escuchamos desde que nacemos, generación tras generación, por más de 2.000 años.

No hay otro modo de explicar que gente racional en los demás aspectos de su vida, crea en una víbora parlanchina, en la concepción inmaculada de una virgen, en un diablo rojo con tridente o en que cada domingo come la carne y bebe la sangre (antropofagia) de un dios muerto (necrofagia) hace 2.000 años… Para entender la locura de las religiones antiguas, basta con confrontarlas con las nuevas, esas para las que aún no tenemos callos. Por ejemplo, la cientología en su mito de la creación cuenta que hace 12 trillones de años, el guerrero galáctico Xenú despobló a su planeta y trajo a todas las almas a la tierra, enterrándolas en los volcanes. Uno podría pensar que el origen de la cientología fue un porro que pegó mal, sin embargo, para ser justos tengamos en cuenta que a las nuevas religiones les debe de resultar difícil superar los delirios de las antiguas.

Recuerdo lo de las burlas papales, perdón, “bulas” papales, en las clases de catecismo. Me sonaba a autoritarismo caprichoso e infantil: las cosas son así porque Yo lo digo, y punto. Yo, el semidios en la tierra, el que tiene discado directo con el Todopoderoso. Y soy infalible, no como todos ustedes, mortales comunes y corrientes, por lo tanto no me puedo equivocar… ¿no es demasiado ridículo, digo, que en el siglo XXI, un hombre que usa vestidos y bonetes (no, no anima fiestitas infantiles, ni de las otras tampoco, al menos eso creo) viaje al África, el continente más infectado por el sida a decirles que no pueden usar condones, y millones de personas crean que el tipo tiene razón, porque después de todo, es “infalible”?. Lamentablemente no sólo es ridículo: es nefasto, dañino e inhumano.

El sinsentido de la religión es que, parafraseando a Saramago, los seres humanos tallemos un muñequito en madera y luego nos subyuguemos a él. O como dice aquel adagio: en el inicio, el hombre creó a Dios. Y lo creó por miedo, por soledad, por aburrimiento, por disconformidad. Lo creó para someterse y someter. Y porque era un buen negocio, ¡el mejor de todos!, pues lo que se vende es un producto invisible, como define Bill Maher , y por lo tanto adopta la forma más conveniente a los fines de sus creadores. Y poco importa que no pueda probarse su existencia, para eso se inventó otro producto, también invisible, que contrarrestara los efectos adversos que la falta de evidencias pudiera generar: LA FE. Y por si esto fuera poco, el paquete incluyó una completa guía escrita por sus mismos creadores, con fuertes advertencias para quienes pretendieran darle un uso inadecuado al producto, o sencillamente, prescindir de él.

Y he aquí la terrible paradoja humana: la misma inteligencia que le sirve para comprender el mundo que lo rodea sin recurrir a la magia, es la que lo entrampa, por miedo, en el laberinto sin salida de la religión, donde cobra sentido la frase de Ma’arrí Abul: El mundo tiene dos clases de hombres: los hombres inteligentes sin religión y los hombres religiosos sin inteligencia.

Lo que sigue son tres entrevistas cortas de Bill Maher (B.M.) a un senador estadounidense y a dos eruditos religiosos, uno musulmán y el otro judío.

Entrevista con el senador Mark Pryor (M.P.)

M.P.: si observas las enseñanzas de Jesucristo es muy compasivo

B.M.: también dijo: si un hombre no me obedece, será desechado como una rama y se marchitará, y las ramas se reunirán, se arrojarán al fuego y arderán.

M.P.: dejaremos que Dios se encargue de aclararlo hasta el día del juicio final

B.M.: ¿Y los 10 mandamientos? Los cuatro primeros hablan de la adoración de Dios y que básicamente es un dios celoso y no quiere que tengas otros dioses. Las únicas dos leyes que son de verdad son no robarás y no matarás. ¿Por qué es el mejor grupo de 10?. No incluye el abuso infantil, no incluye la tortura, no incluye la violación…

M.P.: la sociedad es muy distinta y nuestra cultura es tan radicalmente diferente…

B.M.: eso es lo que pregunto… estamos en una cultura diferente… ¿se le ocurre alguna otra cosa que mantengamos desde la edad de bronce?

M.P.: (silencio…)

Creencias de la edad de bronce:

 La tierra era plana
 Las constelaciones eran seres celestiales
 Escupir en una herida la curaba
 Los monstruos marinos eran considerados una gran amenaza

B.M.: entre las naciones industrializadas modernas, somos el más religioso. Un estudio reciente encontró que entre 32 países, más personas desconfían de la teoría de la evolución en este país que en cualquiera de los otros de la lista, con excepción de Turquía.

M.P.: en los Estados Unidos tenemos libertad religiosa…

B.M.: ¿cree en la teoría de la Evolución?

M.P.: sabe… yo, no lo sé… claramente la sociedad científica está dividida…

B.M.: no creo que lo estén, ellos concuerdan

M.P.: no, no… bueno… yo no sé cómo sucedió todo, ciertamente estoy dispuesto a aceptar la premisa científica…

B.M.: vamos… no es posible que hayamos comenzado con Adán y Eva, hace 5.000 años, con una víbora parlanchina y un jardín, ¿no?

M.P.: bueno, es posible que así haya sido…

B.M.: usted es un senador… usted es una de las pocas personas que realmente manejan este país… me preocupa que la gente que maneja este país crea en una víbora que habla…

M.P.: pero no se tiene que pasar un test de inteligencia para el senado (y sonríe)

Bill Maher lo mira serio, sin creer lo que acaba de oír y al senador se le congela la sonrisa en la cara.

Entrevista con el Doctor Muhammad Hourani (M.H.), coordinador del Centro para la paz y la reconciliación:

B.M.:
- Este fue el sitio del templo del Rey Salomón en Jerusalén. El sitio más sagrado del judaísmo. Pero los musulmanes construyeron la Cúpula de la Roca encima de él. En la actualidad a los judíos no se les permite subir.
M.H.:
- Los musulmanes creen que la roca vino del paraíso, según el Islam este es el sitio donde el profeta Mahoma se levantó antes de volar a encontrarse con Dios en los cielos.
B.M.:
- ¿A caballo?
M.H.:
- No, no, el caballo estaba afuera… tenía al caballo en el Muro de los Lamentos…
B.M.:
- ¿Fue al cielo a caballo?
M.H.:
- Sí
B.M.:
- ¿Por qué es sagrado para los judíos?
M.H.:
- Porque la roca era parte de su templo. Sólo quiero que baje a echarle un vistazo… para verla por dentro. La dirección de los rezos, porque cada vez que comienzas tu oración tienes que saber exactamente cómo ponerte de frente a la Kaaba, en la Meca.
B.M.:
- Una roca, la Kaaba.
M.H.:
- No, no, no, no es eso. Es una piedra negra.
B.M.:
- Bueno, roca, piedra, es lo mismo.
M.H.:
- No sabemos la historia de esta piedra. Los musulmanes creen que esta piedra vino del paraíso.
B.M.:
- ¿La piedra, en sí, podría provenir de lo que ahora conocemos como meteorito?
M.H.: (se ríe, condescendiente y le explica pausadamente, como si hablara con un niño)
- Es negra, y en la región no hay ninguna piedra negra.
B.M.:
- Precisamente… ¿no hace una diferencia el hecho de que ahora entendamos lo que es un meteorito?
M.H.:
- Esta es la piedra de Dios.
B.M.:
- Sí, claro, de acuerdo.
M.H.:
- Sabes, para los musulmanes no puedes titubear. Tienes que aceptar cada palabra, cada letra de la historia.

En otra toma fuera del templo, Bill Maher nos cuenta:

- Este es el Monte de los Olivos. Muchos judíos ortodoxos quieren ser enterrados aquí porque creen que cuando venga el Mesías, se levantará de entre los muertos y liderará su marcha a través de las puertas doradas y dentro del templo, que es la razón por la que los musulmanes amurallaron el portón, para prevenir que el Mesías judío y sus zombis kosher se metieran. Aunque uno pensaría que si tienes el poder para resucitar a los muertos, tendrías el poder para saltar la cerca.

M.H.:
- Yo puedo entrar porque soy musulmán.
B.M.:
- Pensé que no podría entrar en una mezquita. (Bill Maher es católico por parte de su padre y judío del lado de su madre, aunque fue educado en la fe católica)
M.H.:
- No, en el Islam somos lo suficientemente tolerantes para aceptar el hecho de que los no musulmanes puedan estar dentro para echar un vistazo rápido, caminar o hacer preguntas.
B.M.:
- La mujer en su cultura no parece estar al mismo nivel que el hombre
M.H.:
- Bueno, eso no es cierto, ve, aquí tenemos mujeres. Tienen un rincón especial…

Entrevista con activista judío radical, Yehuda Etzion (Y.E.)

B.M.:
- Hoy hablé con un erudito musulmán y dijo que Mahoma tuvo aquí una reunión con otros dos profetas: con Moisés y Abraham
Y.E.:
- Mahoma jamás puso un pié en el templo del monte, ni un pié. Nunca jamás. Jamás estuvo en la tierra de Israel, es un hecho histórico.

En otra toma, Bill Maher se encuentra en un pueblo de Inglaterra. Tras él, en los verdes cerros, un hombre desnudo gigantesco, recortado en el pasto, como esos círculos que aparecen en el maíz.

- He venido al pueblo de Cerne Abbas, en el sur de Inglaterra para enseñarles algo. Algunos creen que significa que hay un verdadero gigante enterrado debajo del monte, otros, que tiene que ver con los círculos en el pasto o antiguos visitantes espaciales, o Druidas, nadie lo sabe realmente. Y eso es lo que encuentro fascinante sobre esto: es que realmente no significa nada. Los locales lo han estado manteniendo por siglos y realmente no saben por qué. Sólo lo hacen porque siempre lo han hecho… ¿y acaso eso no es la religión para ustedes?


EN EL NOMBRE DE DIOS

“…espada y vara de hierro, que es la mejor prédica”

“Los seres humanos nunca hacen el mal de manera tan completa y feliz como cuando lo hacen por una convicción religiosa”

Antes de empezar a escribir sobre este tema, me planteé el dilema, si se quiere, moral, de si estaba bien ir por ahí pinchando globos, después de todo, la religión “consuela” a la gente… ¿qué hay de malo en ello? Entonces recordé:

 las guerras santas
 las cruzadas
 la inquisición
 la matanza masiva de las culturas originarias de América
 los matrimonios arreglados con menores de edad
 la opresión y humillación de las mujeres y homosexuales
 las limpiezas étnicas
 el terrorismo
 las violaciones por honor
 los sacrificios humanos
 la quema de brujas
 la complicidad en épocas de la esclavitud
 la falta de respeto y el menosprecio a las culturas y filosofías diferentes
 el robo y enriquecimiento grosero
 la pedofilia impune
 la soberbia y el abuso de poder para hacer miserable la vida de millones de personas…

Fuera de eso, las religiones no son tan malas…

Lo cierto es que, como dice Steven Weinberg, con o sin religión, habría gente buena haciendo cosas buenas y gente mala haciendo cosas malas. Pero para que la gente buena haga cosas malas, hace falta la religión.

A mi modo de ver, las religiones son un gran chupete. Y estuvo bien usarlo en aquellos lejanos tiempos, cuando la humanidad además de chupete usaba pañales y no tenía modo de saber que los rayos eran una descarga eléctrica de gran intensidad y no un dios enojado arrojando lanzas. El tema es que debemos crecer y dejar de necesitar ese chupete. Y no sólo porque se ve ridículo en un adulto, sino y sobre todo, porque a estas alturas ya ha causado demasiado daño.

No caben dudas de que La religión de hoy será la mitología del futuro , por lo tanto eso que muchas veces se ha definido como milagro, es simplemente un hecho para el que no tenemos explicación con los recursos actuales. Las religiones se han valido, nutrido y fomentado la ignorancia en el hombre pues de otra manera no habrían pasado de la Edad Media. ¡Qué terrible paradoja!: predican la luz, pero necesitan mantener a la humanidad sumergida en las tinieblas.

Tras la quema de la biblioteca de Alejandría organizada por los cristianos, en una de las tantas revueltas para aniquilar a la competencia que representaban paganos y judíos, un violento de entre un grupo de violentos que lanzaban piedras, es alcanzado por una de ellas y muere. Es proclamado “mártir y santo” por el obispo Cirilo, el mismo que había organizado la turba. ¿El Santo?: San Taumasio. Para “hacer justicia”, Cirilo decide borrar el último vestigio de cordura, inteligencia y pensamiento crítico que quedaba en Alejandría y ordena así la muerte de Hipatía, astrónoma excepcional, conocida por sus estudios matemáticos sobre las curvas cónicas. El cuerpo de Hipatía fue mutilado y sus restos arrastrados por las calles y quemados en una pira. Mil doscientos años después, en el siglo XVII, el astrónomo Johannes Kepler descubrió que una de esas curvas, la elipse, rige el movimiento de los planetas. En tanto, el obispo Cirilo fue declarado Santo y Doctor de la Iglesia. Continúa siéndolo hoy en día.

Recuerdo también a Giordano Bruno, religioso (pertenecía a la orden de los Dominicos) filósofo y astrónomo, quien escribió acerca de la pluralidad de los mundos y sistemas solares, el heliocentrismo, la infinitud del espacio y el Universo y el movimiento de los astros, lo cual le traerá una persecución en su contra por parte de la Iglesia católica y la Inquisición, hasta ser encarcelado (1593) durante ocho años, acusado de blasfemia, herejía e inmoralidad, para finalmente ser condenado por herético, impenitente, pertinaz y obstinado, a la hoguera en la que murió el 17 de febrero de 1600 en Campo dei Fiori, Roma.
Tengo una duda: ¿cómo es que la Iglesia Católica se las ha ingeniado siempre para asesinar (descuartizando, quemando en la hoguera, torturando…) a cientos de miles de personas (intelectuales, supuestas brujas, herejes y aborígenes) y a pesar de eso no contradecir su propia doctrina, aquello de No matarás, y Amarás a tu prójimo como a ti mismo…?

Adolfo Colombres, en “La colonización cultural de la América indígena”, cuenta:

La historia del cristianismo en la América colonial es la historia de la intolerancia. En el primer encuentro pacífico se recitaba a los grupos de indígenas, largos bandos concernientes a un Dios que no admitía otro a su lado, a un Papa que lo representaba legítimamente, y a un ejército invasor como mandatario del Papa y brazo armado de la iglesia. Se les pedía que aceptaran de buen grado el vasallaje pues lo contrario ofendería
a Dios, y pagarían entonces con sus impuras vidas el agravio. Cualquier pregunta corría el riesgo de ser interpretada como una burla, y severamente castigada. Muchos caciques fueron muertos así delante de los suyos, para escarmiento.

Quinientos años más tarde, la Santa Madre Iglesia pidió perdón, algo así como una Fe de Erratas absoluta y totalmente inservible.

Pero a la Iglesia le gusta ir por ahí canonizando gente, porque si San Taumasio, un fanático religioso, violento, lleno de odio, vengativo e irracional aún hoy es considerado “mártir y santo”, ¿qué queda para los millones de aborígenes americanos llevados casi a la extinción por la misericordiosa fe cristiana?


SAN KAROL, ALIAS JUAN PABLO II

Ya sé que no quieren leer lo que sigue… es difícil porque para muchos significará “la caída de un ídolo”. Pero, como dice el adagio: La verdad os hará libres, la mentira, creyentes.

Uno de los efectos colaterales de las religiones es la ceguera selectiva. Se trata de algo parecido a lo que les sucede a ciertos padres que son incapaces de aceptar los defectos de sus hijos y pasan la vida fingiendo no verlos.

De la larga lista de versos que venimos engullendo desde la cuna, el que tiene que ver con lo estricto de las reglas que conducen a la canonización es uno de los más arraigados en el inconsciente colectivo. Pocos saben a ciencia cierta en qué consisten, pero al preguntárseles, de lo que sí están seguros, es de que se trata de un asunto muy serio, llevado a cabo por expertos, luego de una muy exhaustiva investigación… “no cualquiera puede ser santo…” aclaran… “hay que comprobar que haya realizado milagros…” (¿no es una paradoja, eso de “comprobar” milagros?).

En fin… milagros, lo que se dice MILAGROS, no creo que haya hecho muchos, al menos no del tipo que la gente entiende por milagros. Pero sí hizo aparecer algunas cosas, y desaparecer otras… aquí, la otra historia del Papa con cara de bueno.

La colaboración de Juan Pablo II con la elite globalista no se limitó de manera alguna a la asociación con la CIA para desestabilizar al régimen soviético. A lo largo de su pontificado, el papa dio cada vez más preeminencia al Opus Dei, constitu¬yéndolo en prelatura personal y elevando a la categoría de san¬to a su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer. El Opus Dei se ha convertido en una entidad de gran poderío económico y fi¬nanciero en América latina, España y los Estados Unidos, don¬de varios de sus miembros ocupan puestos muy prominentes en Wall Street. Asimismo, nombró a muchos de sus sacerdotes co¬mo cardenales, y su actuación fue determinante a la hora de ele-gir a Joseph Ratzinger como nuevo papa.

El tradicionalismo católico de Ratzinger y Wojtyla se corres¬ponde muy bien con el gran tradicionalismo y conservadurismo de las doctrinas del Opus Dei,
La preeminencia del Opus Dei dentro de la Iglesia habría permitido, entre otras cosas, la aplicación de las políticas libe¬rales y la privatización de recursos naturales y de empresas pú¬blicas en América latina. Así mismo, el Opus Dei correspondió de forma muy ge¬nerosa al Vaticano por "inclinar la balanza", ayudando a engrosar el presu¬puesto del Vaticano, que hasta antes de Juan Pablo II mostraba muy fuertes "rojos" que ponían en peligro su estabilidad finan¬ciera. Lo hizo mediante donaciones sistemáticas a la Santa Se¬de por montos de hasta el 30% de los gastos de la misma, según una especie de "acuerdo tácito" de repartija de favores.

En realidad, Karol Wojtyla era un agente del Opus Dei des¬de mucho tiempo atrás. Mucho antes ya de la muerte de Pau¬lo VI pertenecía a una sociedad del Opus Dei llamada Priestly Society of the Holly Cross (Sociedad Fraternal de la Santa Cruz).

El propio Paulo VI parecía desconfiar de ella, y le negaba, cada vez que podía, el estatus de prelatura personal. El propio Escrivá de Balaguer, su fundador, había ofrecido a Paulo VI apo¬yo monetario para la alicaída situación financiera del Vatica¬no, pero no había obtenido resultado alguno. Por lo tanto, los miembros del Opus Dei consideraban que debía ser sucedido por algún cardenal muy afín a su visión conservadora y tradicionalista en lo religioso, pero librecambista y privatista en lo político y económico.

Durante su papado, Juan Pablo II no se quejó —más allá de lo meramente declamatorio— de los excesos visibles de pobreza, marginalidad y desempleo que la globalización provocaba cre¬cientemente. Tampoco —más allá de cortas declaraciones forma¬les— trató de impedir las guerras en que los Estados Unidos incursionaron durante su pontificado, y ni siquiera se refirió a la serie de guerras desatadas en Yugoslavia durante toda la era Clin¬ton. Quizás en buena medida por ello, tanto George Bush padre como Bill Clinton asistieron a su velorio. Se limitó a viajar ince¬santemente a países pobres, buscando el aplauso fácil de las ma¬sas católicas, llevando mensajes de fe vacíos de contenido efecti¬vo. Esos viajes, generalmente de tono propagandístico, ayudaban a reforzar la fe católica en las masas empobrecidas, pe¬ro Juan Pablo II, en vez de condenar las políticas liberales con toda crudeza e insistentemente se limi¬tó a intentar renovar la fe de la feligresía con su mera aparición en recónditos lugares del planeta. Su política era estar, sonreír, mostrarse y bendecir, sin hacer ni decir de más. Recordemos que su verdadera vocación de juventud estaba relacionada con ser actor, según él mismo expresó en varias oportunidades.

¿Quién fue en realidad Juan Pablo II, o Karol Wojtyla, a quien Ratzinger, su mano derecha y el Papa de Bush preten¬de santificar en tiempo récord? ¿Por qué santificarlo en tiem¬po récord, violando los propios reglamentos vaticanos? Los papados de Benedicto XVI y Juan Pablo II han sido funcionales al poder financiero de Wall Street, las megacorporaciones y las sociedades secretas tan odiadas por el Va¬ticano en otras épocas, e incluso han servido a los sectores más recalcitrantes del Partido Republicano estadounidense.

Lo cierto es que a su muerte, el poder político y financiero de los Estados Unidos y Londres deseaba que accediera al papa¬do un cardenal conservador que bloqueara los avances de la Teo¬logía de la Liberación, que se consideraba "filomarxista", en América latina, región muy densamente poblada por católicos. Se trataba justamente del momento en que era funcional a esos centros de poder la existencia de dictaduras militares en todo el continente, las cuales por obvios motivos mantenían excelentes relaciones con los sectores más conservadores de la Iglesia, y aplicaban teorías económicas neoliberales.

A su vez, los cardenales sindicados como masones deseaban evitar a toda costa cualquier atisbo de re¬novación en el Vaticano. No solamente compartían los intereses ideológicos de sus nuevos socios, los núcleos protestantes de po¬der en Nueva York, Washington DC y Londres, sino que necesitaban evitar que se destapara un gran escándalo financiero con la banca relacionada con la Santa Sede y en parte, propiedad del Vaticano. Lo peor es que esa relación financiera involucraba a la Iglesia en lavado de dinero de la droga y tráfico de armas, fon¬dos de la mafia, y más aún.

A la muerte de Paulo VI, el candidato de estos sectores era el "ultraconservador" Siri, y su oponente, Giovanni Benelli, era un progresista nato. Pero ha¬bía un empate técnico y ninguno podía llegar al papado. Era necesario encontrar un tercer candidato y fue gracias a la ince¬sante actividad de Benelli que surgió como papa Albino Luciani, llamado Juan Pablo I, quien era un progresista que quería depurar a la Iglesia de los miembros corrompidos que habían afectado, y ensuciado al catolicismo con rarísimos movimientos financieros. También quería extender la actividad de los "teólogos de la liberación" en América latina, dado que consideraba que la Iglesia debía aproximarse a la gente.

Luciani sabía de la connivencia de los sectores más reaccio¬narios y conservadores de la Iglesia con los oscuros centros de poder de la CIA, la masonería y el Opus Dei y las altas finanzas. Es claro que entreveía su próxima muerte, y muy probablemen¬te su reemplazo por Wojtyla, dado que no estaba dispuesto a ce¬der en sus convicciones y sabía muy bien el tamaño formidable de los intereses a los que se estaba oponiendo. Más precisamen¬te lo sabía desde mucho antes de que tuviera una muy agria discusión con Marcinkus, cuando lejos aún de ser papa era Patriarca de Venecia, dado que aquél había vendido la Banca Cattolica del Veneto, la cual hasta entonces daba pequeños prés¬tamos a las clases medias y bajas venecianas y de zonas aledañas. Marcinkus vendió ese banco católico al siniestro Banco Ambrosiano, y de nada sirvieron las arduas intervenciones del carde¬nal Luciani por evitarlo
No lo iba a dejar pasar si alguna vez llegaba a papa.

El car¬denal Benelli, enrolado en la línea de Luciani, también lo sabía muy bien. Pero Luciani no tenía la fuerza de Benelli, y el "blo¬queo" a su nominación como papa por los partidarios del car¬denal Siri había arruinado las oportunidades de que el cardenal italiano más progresista —verdaderamente fuerte y sagaz— lle¬gara a la silla de San Pedro. Quizás otra hubiera sido la histo¬ria. Al menos Benelli, moviéndose con sagacidad, pudo lograr el nombramiento de Luciani, dado que en ese mismo cónclave ya se manejaba la posibilidad muy seria de que Wojtyla, un incon¬dicional del grupo CIA-Opus Dei-masonería, fuera firme candi¬dato al puesto.

Pero la situación puede comprenderse mucho más allá de los elementos ideológicos y geopolíticos involucrados en la conformación de esa "extraña" y non sancta alianza tripartita, si se entiende en detalle lo que estaba ocurriendo con las finanzas vaticanas. Ocurre que los ingresos del Vaticano venían cayendo en relación con el incremento en sus gastos. Entonces a mediados de los años setenta el Vaticano se habría prestado a un acuerdo con el socio italiano de la banca estadounidense: la Mafia siciliana.

El acuerdo habría sido el siguiente: el Vaticano prestaba su banco (IOR) para que la Mafia pudiera girar fondos al exterior (sobre todo a Suiza) al ser el único banco italiano exento de las duras restricciones a la fuga de capitales que ha¬bía en aquella época en Italia, y a cambio podría quedarse con una muy generosa comisión sobre los fondos girados. Al poco tiempo, el acuerdo se complementaría con otro mucho más es¬trecho, dado que por medio del mismo el Banco del Vaticano se asociaba a capitales provenientes de bancos occidentales, espe¬cialmente de la Mafia y de la logia masónica Propaganda Due (P-2), manejada por Licio Gelli —un socio de la CIA—, a fin de manejar por partes iguales el Banco Ambrosiano. El acuerdo hubiera podido representar muy buenas fuen¬tes de ingresos para la Iglesia, pero los directivos del Banco Am¬brosiano vaciaron al mismo en los años setenta, de modo que cuando el Banco de Italia auditó sus cuentas descubrió un faltante de cientos de millones de dólares, factor que precipitó la intervención oficial del Banco Ambrosiano y su posterior liqui¬dación.

Pero la investigación oficial no terminó allí, sino que llegó hasta el propio Banco Vaticano (IOR), de tal manera que la co¬nexión entre el Vaticano y la Mafia para lavar dinero de la "Co¬sa Nostra" quedó al descubierto, como también el hecho de que parte de los fondos del Vaticano provenían del crimen organiza¬do. Albino Luciano (Juan Pablo I) no sólo estaba muy al tanto de todo desde mucho antes, como hemos visto, a raíz de aque¬lla rara venta de la Banca Cattolica del Veneto al masónico Ban¬co Ambrosiano, y sus protestas cayeron en saco roto, dado que Paulo VI era involuntario prisionero de los crónicos problemas financieros de la Santa Sede.

Luciani también sabía que el Vaticano estaba operando co¬mo una suerte de "paraíso fiscal" por medio del cual la Mafia y la logia P-2 podían sacar de Italia cientos de millones de dóla¬res sin control alguno, dado que su banco era extraterritorial, y sin pagar impuestos ni ser afectado por las regulaciones del mercado cambiario que en aquel momento la Banca de Italia establecía sobre todos los movimientos de capitales desde y ha¬cia el país.

Lo cierto es que el Vaticano había dejado en manos de sus nuevos socios, los miembros de la P-2, el manejo del Banco Am¬brosiano. Al quebrar éste, se encontró de la noche a la mañana con un pasivo imprevisto de 500 millones de dólares de la época, por el cual debía responder. La situación fi¬nanciera era sumamente difícil para la Iglesia, que poseía las riquezas que Bernardino Nogara había dejado a través de su "prag¬mática" serie de inversiones en grandes empresas de Wall Street, pero no tenía ni un céntimo más, a no ser que se decidiera a hipotecar la Ciudad del Vaticano con la Capilla Sixtina incluida. Ese asunto parece haber dañado severamente la salud de Paulo VI y precipitado su muerte. El "agujero negro financiero" fue fi¬nalmente cerrado merced a préstamos que obtuvo el cardenal Casarolli gracias a sus excelentes contactos con importantes ban¬cos y sociedades secretas (no olvidemos que se lo sindicaba como uno de sus socios), pero los préstamos son eso: deudas que un día hay que pagar. El Vaticano había postergado —y no soluciona¬do— un grave problema.

Cuando se eligió como papa a Albino Luciani, quien tomaría el nombre de Juan Pablo I, se pensaba en la po¬sibilidad de convencerlo para que continuara manteniendo en secreto la precaria situación financiera y la enorme serie de "tra¬pos sucios". Pero Luciani, lejos de mostrarse como el clérigo su¬miso y dominable que muchos pensaban que era, parece haber decidido depurar a la Iglesia de sus miembros masónicos, expul¬sar a Marcinkus y ventilar ampliamente a la prensa la situación. Iba a comenzar, más precisamente el día posterior a su muerte. El té que le sirvieron a Luciani la noche anterior a lo que habría sido su envenenamiento, determinó que no lo pudiera hacer, y también un brusco cambio en la historia tanto del Vaticano co¬mo de sus relaciones con el mundo, la Mafia, la CIA, el Opus Dei, la masonería, y hasta con la propia Unión Soviética y el naci¬miento de la globalización, si se lo mira bien, dado el advenimien¬to de Wojtyla.

Fue en ese momento, entre la muerte de Luciani y el advenimiento del cardenal polaco con vocación de actor como posible sucesor, cuando se produjo un "pacto perverso" entre el Opus Dei y la masonería: el Opus Dei proveería de financia¬miento constante al Vaticano y respetaría los puestos de los cardenales y otros religiosos masones. Además, el asesinato de Luciani no sería investigado, se lo taparía como una muerte natural. A cambio, el Opus Dei obtendría el papado con un car¬denal muy afín, coparía una serie de altos puestos y dictaría la línea oficial de la Iglesia alejándola de cualquier actitud pro¬gresista. Y todos contentos: el Opus Dei, la masonería infiltra¬da al más alto nivel, y por supuesto la CIA, con la "vía libre" para lanzar sus proyectos en América latina, incluir a los nun¬cios papales entre los "influyentes" que respaldaban a los dic¬tadores e incluso comenzar a influir en la Unión Soviética pa¬ra derribarla del todo.

Cuando posteriormente, en 1982, el libro de David Yallop titulado ¿Por voluntad de Dios? destapó el hecho del envenena¬miento de Juan Pablo I, acerca de lo cual circulaban ampliamen¬te rumores por lo bajo en toda Italia, Juan Pablo II, quien habría decidido tomar ese nombre precisamente para mostrar conti¬nuidad con su anterior y ayudar a tapar el tema de su muerte, no mandó hacer ninguna investigación seria al respecto. A Juan Pablo I no se le practicó autopsia.

La relación con la CIA

La estrecha colaboración evidenciada entre la CIA y el Vati¬cano durante la era de Juan Pablo II y Ronald Reagan, que de¬rivó en la caída de la Unión Soviética, no es sin embargo algo novedoso. La Segunda Guerra Mundial encontró a la Iglesia ini¬cialmente con tendencias filonazis a través de la actividad del papa Pío XII, quien estaba sumamente preocupado por la repre-sión religiosa que se vivía en la URSS, donde estaba proscripta cualquier fe religiosa. Entre los dos bandos, el Vaticano optó en su momento por una mayor "comprensión" del régimen de Hitler, pero con el correr de la guerra Hitler se reveló como un carnicero no sólo de judíos, sino también de cristianos, lo que provocó cierto enfriamiento en las relaciones y un posterior acercamiento con los Estados Unidos.

Una vez concluida la guerra, el acercamiento se consolidó merced al nombramiento como caballero de la Orden de Malta —una especie de logia católica ultraaristocrática— al fundador de la CIA, "Wild Bill" Donovan, y de Allen Dulles, ex embajador norteamericano en Suiza, quien también habría tenido tenden¬cias filonazis, y fue posteriormente jefe máximo de la Agencia.

De este modo se inició, en nom¬bre del catolicismo y bajo la mirada permisiva de Pío XII y otros papas posteriores, una colaboración con la agencia secreta de inteligencia norteamericana, que derivó más tarde en el nombramiento como caballeros de esa orden de varios di¬rectores de la misma, tal es el caso de George Bush padre.

La premisa es que la CIA supuestamen¬te coopera con la vigilancia de la consolidación del catolicismo en vastas regiones del mundo, aunque claro, en realidad sus ob¬jetivos viraron fuertemente hacia cuestiones económicas y geo-políticas.

Juan Pablo II también nombró a Ronald Reagan. La Orden de Malta habría colaborado con los servicios secretos norteamericanos a fin de que muchos nazis prominentes pudieran abandonar Europa durante el preciso momento en el que se desarrollaba el proceso de Nüremberg, vastamente difundido en la prensa, por el cual se intentaba ha¬cer creer a las poblaciones de muchos países que el mundo encontraba un sentido de justicia.

La Orden de Malta estaba —y está— firmemente afincada en dos regiones en particular hacia las cuales apunta la elite globa¬lista, infiltrada dentro del catolicismo con el vía libre de varios papas: América latina y África, continentes con amplia cantidad de recursos naturales. Muchos gobiernos latinoamericanos y africanos han sido influidos por esa organización supuestamen¬te católica que tiene un veedor propio en las Naciones Unidas. Incluso hay cierta información de que el golpe de Estado del ge¬neral Augusto Pinochet en 1973 fue dado con la aprobación de esa poderosa orden religiosa.

La colaboración entre la CIA y la Orden de Malta cumplía un cometido desde el comienzo de la Guerra Fría: unir esfuerzos contra el ateísmo comunista. Fue por esta causa y por sus con¬tribuciones monetarias que el catolicismo estadounidense, si bien muy minoritario, comenzó a tener una gran injerencia en las decisiones del Vaticano, no sólo en lo que respecta a sus doc¬trinas, sino también en lo que hace a la progresiva "extinción" de las expresiones católicas de izquierda antes abundantes en Latinoamérica, y hasta en cuestiones de política interna de paí¬ses tradicionalmente católicos.


APOCALIPSIS NOW?

Me resisto a creer en un Dios que es la principal causa de los conflictos en el mundo, predica el racismo, el sexismo, la homofobia y la ignorancia, y luego me manda al infierno si soy malo.
Mike Furhman


En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona.
José Saramago


La mayoría de los individuos que conozco son católicos porque, “bueno… ya están ahí, les resulta familiar… por costumbre… por las dudas”. Esto último fue el argumento que usaron quienes pretendieron persuadirnos de bautizar a nuestro hijo… “por las dudas”… ¿por las dudas de QUÉ?

El miedo está tan arraigado, que aún la gente que se describe a sí misma como “no religiosa”, no se animaría a putear a la Divina Trinidad (Osiris, Horus y Ra), ni a invocar al Diablo o dejar de bautizar a sus hijos… “¿Y si es cierto?”, piensan, “¿Y si por no bautizarlos quedan fuera del paraíso, o los posee algún demonio? ¿Ah? ¿Ah?”

Las raíces del miedo y la culpa se hunden tan profundamente en la psiquis colectiva que logran vencer la abrumadora claridad de las evidencias. Para compensar, aparece en escena el pensamiento mágico, que le devuelve al hombre, en cierta medida, una parte del control que voluntariamente cedió a Dios. Entonces la vida cotidiana se llena de signos, símbolos y ritos con los que, en apariencias, se puede comprender, controlar y transformar la realidad…

En los Estados Unidos, una encuesta reveló que el 61 % de las personas cree que la religión soluciona la mayoría o incluso todos sus problemas. Es decir, están convencidos de que rezando, las cosas cambiarán o al menos, mejorarán.

Esto me lleva, nuevamente, a esa pregunta de talante emocional: “bueno… pero… ¿qué daño hace rezar un poco? A veces sirve de consuelo…” la respuesta es simple: el precio es demasiado alto. Las religiones impiden el crecimiento, la búsqueda de alternativas y soluciones fuera de sus paradigmas y por tanto, empujan a la pereza, tanto intelectual como física. En el camino, dejan al hombre indefenso e idiota, a merced de quienes se autoproclaman “dueños de la verdad”.

Los sentimientos de amor y temor de Dios no tienen su origen en Dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende que sea su padre.

Ahora piensen en los adelantos de la medicina, por ejemplo, y pregúntense a sí mismos si fueron hechos por personas que “dejaron las cosas en manos de Dios”, o si por el contrario trabajaron denodadamente hasta lograr sus objetivos… y esa, amigos, es la diferencia entre la gente religiosa y la gente cuerda.

Por eso, aquellos que se consideran moderadamente religiosos, realmente deben mirarse al espejo y darse cuenta de que el consuelo y el confort que les trae la religión tienen un alto costo.

Si ustedes pertenecieran a un partido político o a un club social que estuviera involucrado con tanta intolerancia, misoginia, homofobia, violencia y la completa ignorancia como lo está la iglesia (de cualquier religión) renunciarían, en protesta. Hacer lo contrario sería facilitarlo y convertirse en cómplice. Es como ser la esposa del mafioso.

Pero aún hay más. Para quienes creen que los bebés nacen con la marca del pecado original, que solo los bautizados van al cielo (o cualquier otro ritual de iniciación, según la religión de que se trate), que hablan con un amigo imaginario (si les contesta, no dejen de llamar al neurosiquiátrico más cercano a su domicilio) no ha de ser muy difícil interpretar los últimos eventos catastróficos como avisos del inminente “fin de los tiempos”. Y son precisamente las religiones y las sectas (como les gusta aclarar a quienes se jactan de pertenecer a una religión “seria”, y no a esas sectas nuevas, llenas de locos… señor, señora… SIEMPRE es una locura, la diferencia es una pequeña variación en grados de insania) más violentas y con mayor tendencia a la dominación de sus fieles, las que se valen de un último recurso vil y rastrero para sembrar el terror: el apocalipsis.

Por suerte, los que poseen el “carnet de socios” no tienen de qué preocuparse: las bolas de fuego caerán sólo sobre los pecadores: la comunidad homosexual, las mujeres divorciadas (a los hombres sólo les salpicarán algunas chispas) los ateos, los endemoniados bebés sin bautizar, los que viven en concubinato y los que usan otros anticonceptivos diferentes al método Billings.

Todo aquel que no crea en Dios, Jesús, Alá, Joseph Smith, Elohim, Xenú, Gehová, etc. será aplastado y cocinado. Es que “pertenecer tiene sus privilegios”, y por eso es de esperar que una roca incandescente caiga sobre Joan Manuel Serrat y no sobre George W. Bush, un gran religioso.

Para el caso, el problema no es el cuento en sí sino el hecho de que mucha gente ansía verlo convertido en realidad. Y aún peor: quienes tienen control sobre las armas (químicas, nucleares, etc.) son personas extremadamente religiosas, con el “don” de “cumplirles el sueño” a todos aquellos que desean conocer a Jesús en vida y de paso, ver morir a los pecadores.

La ironía de la religión es que con su poder de desviar al hombre en direcciones destructivas, el mundo de hecho podría llegar a su fin:

 El tiempo se acerca (Rev. 1:3)
 Y… el sitio… se llama Armagedon (Rev. 16:16)
 Pronto sembraremos el terror en los corazones de los no creyentes (del Corán, Azora 3:151)
 Todo lo que está en la tierra perecerá (el Corán, Azora 55:26)
 Hubo un gran terremoto, el sol se puso negro, la luna se tiñó de rojo sangre y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra (Rev. 6:12)
 La hora final no llegará a menos que se derrame mucha sangre (Jadiz Sahih Musulmán 41:6903)
 Alabado sea Alá, maestro del día del juicio final (Surah Al Fatihah 1:2-4)
 El creyente va al paraíso, el no creyente al infierno (musulmán)
 Durante esos días, el hombre buscará la muerte pero no la encontrará, buscarán morir, pero la muerte les escapará (Revelaciones 9.6)


El simple hecho es que las religiones deben morir para que la humanidad sobreviva. Se está haciendo tarde como para darnos el lujo de permitirles tomar las decisiones clave a la gente religiosa, a los irracionales, a aquellos que dirigen el barco del estado no con una brújula sino por el equivalente de andar interpretando las tripas de una gallina. George Bush rezó mucho por Irak pero no aprendió nada al respecto.

La fe es hacer culto a la virtud del no pensar, no es como para presumir, y aquellos que predican la fe, y la permiten y la elevan, son nuestros amos intelectuales, manteniendo a la humanidad esclavizada por la fantasía y la irracionalidad que ha engendrado y justificado tanta locura y destrucción.

La religión es peligrosa porque permite a los seres humanos que no tienen todas las respuestas, creer que sí las tienen.

A la mayoría le encanta cuando oyen decir: “Estoy dispuesto Señor, haré lo que fuere que tú me ordenes”, salvo que como no hay ningún dios hablándonos, ese vacío es ocupado por gente con sus propias errores, limitaciones y objetivos personales. Y cualquiera que les diga que sabe lo que sucede cuando se mueren, les aseguro que no lo saben. ¿Y cómo puedo estar tan seguro? Porque yo no lo sé, y ustedes no poseen poderes mentales que a mí me faltan. La única actitud apropiada para que adopte el hombre en cuanto a los grandes interrogantes no es la certeza arrogante que ha sido el sello de la religión, sino la duda. La duda es humilde, y eso es lo que necesita ser el hombre, considerando que la historia humana es sólo una letanía de malas decisiones.

Si el mundo llegara a acabarse o si cojea hacia el futuro, diezmado por los efectos del terrorismo nuclear inspirado por la religión, recordemos cuál fue el verdadero problema: que aprendimos a precipitar el asesinato en masa antes de poder superar la enfermedad neurológica de desear que suceda…

Por último, el pequeño obsequio de un grande: José Saramago y algunas partes de El Factor Dios (el ensayo completo puede encontrarse fácilmente en la web). Algo para recordar cada vez que piensen que las religiones son inocuas…

En algún lugar de la India.

Una fila de piezas de artillería en posición. Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones podrá 'ver' cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes.

En algún lugar de Angola.

Dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero.

En algún lugar de Israel.

Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El palestino había tirado piedras.

Estados Unidos de América del Norte, ciudad de Nueva York.

Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres del World Trade Center y las derriban.

Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de mierda. El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez 'aquí estoy' cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplastado.

Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda de un millón de muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura.

Siempre tendremos que morir de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana.

Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir.

Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.

Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia.

Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.


Luz María Paez

4 comentarios:

  1. Lo que mas me sorprende es que después de la lectura tan constructiva, como ha sido para mi, no haya ningun comentario al respecto.

    Gracias

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  2. He leído detenidamente su artículo, y si bien me ha parecido que esta bien escrito y redactado (y en eso le felicito), he de decir que choco frontalmente con las idea que en él ha plasmado. Por ello, quisiera responder a algunas de las afirmaciones, ideas y argumentos que ha escrito en el.
    En primer lugar ha escrito una serie de ejemplos con los que trata de buscar paralelismos con la historia de Jesús para tratar de demostrar la falsedad de esta historia, y en todas ellas ha tratado de forzar en mayor o menor medida datos de dichos personajes para que coincidan con la historia, o lo que cree que es la historia, de Jesús. Y le diré por que:
    Usted esta interpretando la historia de los tres reyes (y toda la historia de Jesús) de acuerdo con la tradición popular, cuando de hecho en ningún lugar de los Evangelios (y esto se lo puedo garantizar) se mencionan que fuesen “reyes”. Se mencionan a unos magos de oriente, entendiendo el término “mago” en el sentido de la época: astrónomo y astrólogo. De hecho ni si quiera se menciona que fuesen tres, solo dice “unos magos de oriente”, nunca especificando su número.
    Puede que le sorprenda, pero tampoco nació Jesús el 25 de Diciembre (y tampoco se menciona tal cosa en los Evangelios). Por lo que menciona la Biblia, los pastores que fueron a adorarle ese mismo día (supongo que ya se conocerá la historia) estaban por la noche con las ovejas fuera, y este dato parece mostrar con mucha probabilidad que la época tuviese que ser primavera o verano, pues en invierno el frio (pese a no ser tan intenso) impide hacer esta práctica. (recuerdo que en la región el clima es mediterráneo). El hecho de que la celebración se trasladase al 25 de Diciembre se debe al ya mencionado solsticio de invierno, de una fecha muy cercana, por la propia simbología del día (los días se hacen más largos y a Cristo efectivamente se le denomina la “Luz del mundo”), pero, repito, su celebración se trasladó. Por lo tanto Jesús no nació el 25 de Diciembre.

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  3. Quisiera también mencionar lo siguiente de la Cruz del Sur: Los griegos de la antigüedad la crearon como parte de Centaurus, pero fue definida como un patrón estelar independiente en el siglo XVI, después de la expedición de Américo Vespucio a Sudamérica en 1501. Por tanto, aquello de que ‘el Sol murió en esta constelación, y de ahí surgió el concepto de la Pasión de Cristo y su Resurrección’ no es muy satisfactorio teniendo en cuenta que dicha constelación no era ni tan siquiera una constelación independiente en la época, sino que se consideraba como una sección más de Centaurus. Su teoría no parece por tanto muy probable.
    Su ‘trinidad’ egipcia tampoco parece muy creíble. Al fin y al cabo, Ra era el dios del Sol, lo cual hace que no tenga más similitud con el Espíritu Santo que su ‘cabeza de pájaro’ (aunque la paloma no se usa más que como simbolismo). Ra, dentro de la mitología egipcia, es además uno de los primeros dioses en surgir (a partir de Nun, cuando reinaba la oscuridad) y uno de los dioses de mayor importancia, por tanto más antiguo que Osiris, el supuesto ‘Dios Padre’. Y sin embargo en la teología cristiana al Espíritu Santo no le corresponde la Creación (Dios Padre) sino el de dar la Gracia y fortalecer la Fe en los creyentes. Osiris, así mismo, se casa con la diosa Isis y tienen como hijo a Horus: Dos cosas que señalar, la primera, la Virgen no es ninguna diosa en el cristianismo ni se la ‘adora’ como tal. La segunda, que Cristo se encarna en María y adquiere su dimensión humana, pero Él, de acuerdo con los Evangelios, existía desde el principio de los tiempos y “por Él se hizo todo lo que existe”. Sin embargo Horus comienza a existir desde el momento de su nacimiento, tal y como era típico en la mitología.
    De hecho el propio Osiris es hijo de dioses más antiguos que él (concretamente de Geb (la tierra de Egipto) y su esposa y hermana Nut), sin embargo, en el cristianismo Dios ha existido siempre. Isis tampoco tuvo ningún esposo terrenal (no se por qué habla de esta diosa como de un ser humano, intentándola encajar con la figura de María) y era virgen por el sencillo motivo de que todas las diosas del antiguo Egipto lo eran antes de casarse con otro dios y tener un hijo, no era ninguna cualidad especial de esta diosa. Y a Horus se le describe con un carácter guerrero, que dista mucho del carácter
    pacífico de Jesús.

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  4. Sobre el Arca de Noé, etc. me gustaría que ustedes comprendiesen que los católicos no interpretamos de manera literal los relatos del Génesis (la Creación, el Arca de Noé, la torre de Babel, Caín y Abel…) sino que los interpretamos del mismo modo que las parábolas de Jesús: Son historias simbólicas que tienen una base en las leyendas de la época pero que encierran un gran significado y contienen su mensaje en clave alegórica. Aquellos miembros de la Iglesia que tristemente se tomaron de manera radicalmente literal las narraciones del Génesis, como por desgracia ocurrió con muchos miembros de la inquisición, y las trataron como relatos histórico-científicos tratando de imponerlos como tales a los demás, nunca llegaron a comprender la verdadera profundidad y el significado de los relatos quedándose tan solo en una lectura superficial.
    Y finalmente, a modo de conclusión, puesto que pidió referencias históricas de la existencia de Jesús aquí van algunas: El historiador romano Tácito ya mencionaba en sus anales (escritos en el año 116, bastante cercano a la vida de Jesús) de forma breve a un tal Christus sentenciado a muerte en cruz por el procurador romano Poncio Pilato. También lo menciona Flavio Josefo, historiador judío en sus ‘Antigüedades Judías’, escritas en el año 94 (muy cercano) , o Pilinio el Joven en varias cartas escritas hacia el 112 a su tío el emperador Trajano… en fin, por no mencionar que los evangelios ofrecen descripciones muy concretas y precisas de los lugares de la vida de Jesús, teniendo en cuenta que muy poco después de la crucifixión Jerusalén fue destruida por los romanos como castigo por una serie de revueltas, y la nación judía deportada (en el año 70). Hoy en día casi ningún historiador (ateo o creyente) duda de la existencia de la persona histórica de Jesús. Afirma el historiador A. Piñero (que por cierto no es creyente) “Pues el argumento principal es simple: es más racional y sencillo históricamente explicar la existencia del cristianismo con todas sus consecuencias, incluso admitiendo que hubo de existir el personaje al que se invoca como fundador del movimiento cristiano, que lo contrario. En efecto, sostener que Jesús fue un puro mito literario y a la vez que ese mito fue el creador, el impulso de un movimiento de tal envergadura como el cristiano, es un rompecabezas para un historiador de la Antigüedad, al que le resulta casi imposible, explicar con verosimilitud histórica este proceso.”
    Siento que el comentario sea tan largo, pues traté de rebatir todo lo que pude (aunque solo lo he hecho de la primera parte porque sino seria ya demasiado largo), y le agradezco de antemano su lectura. También le agradezco el tono de su artículo, pues he visto no pocos textos similares en otras páginas web que llegan a lo ofensivo (aunque con esto no quiero decir nada, también hay creyentes que debatiendo acaban llegando a lo ofensivo, radicales hay por todas partes y de todo tipo)
    Un saludo y gracias

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