viernes, 21 de mayo de 2010

NO A LAS VACAS

Termina primero el primer pecho.
Por Melissa Vickers.
(tomado de LEAVEN, Septiembre-Octubre 1995, pp. 69-71)

Melissa Vickers es APL por Tenesse, USA y editora de LEAVEN. Es madre de dos hijos y consultora de lactancia certificada. Basado en una conferencia de Michael Woolridge, un investigador de Gran Bretaña que habla sobre sus estudios del cólico y la sobrealimentación en los niños alimentados a pecho. Uno de los documentos en que se basa es un artículo que Él y Chloe Fisher (co-autora de Breastfeeding: Getting Breastfeeding right for you) han escrito.
"....Para poder apreciar plenamente los beneficios potenciales de la investigación de Woolridge, vamos primero a contemplar juntos como funcionan normalmente el reflejo de bajada de la leche y la regulación de la producción de leche. Estos dos procesos son clave para comprender el problema y la solución.
El reflejo de bajada de la leche
El reflejo de bajada de la leche es, en la producción de leche, el equivalente a un servicio de "correo urgente". Es un proceso controlado hormonalmente que saca la leche de las zonas superiores del pecho y la transporta a través los conductos hacia los senos que hay bajo la areola, de ahí al pezón y, finalmente, a la boca del niño que está esperando esa leche. De acuerdo con el libro THE BREASTFEEDING ANSWERING BOOK (El libro de las respuestas a la lactancia):
Mientras mama, la succión del niño estimula la bajada de la leche. Cuando un niño empieza a mamar, el movimiento rítmico de sus mandíbulas, labios y lengua envía impulsos nerviosos a la pituitaria de la madre, la glándula más importante del cerebro, a través del hipotálamo. Entonces se producen dos hormonas, la prolactina y la oxitocina. La oxitocina estimula el reflejo de eyección o de bajada de la leche, haciendo que se contraigan las células en forma de banda que rodean a las células que producen leche (alvéolos) y provoquen la salida de la leche desde todos los lugares del pecho. Esta acción muscular envía la leche a través de los conductos hacia los reservorios de leche (senos lactíferos) que están unos dos centímetros por detrás del pezón, y así la leche puede llegar al niño.
THE BREASTFEEDING ANSWER BOOK (El libro de las respuestas a la lactancia) continúa diciendo que "el signo más certero de la bajada de la leche es un cambio en el patrón de succionar y tragar del niño de rápidos chupeteos y tragos ocasionales a lentos y largos chupeteos con tragos regulares. Si le pedimos a una madre que amamanta que describa el patrón con el que su niño succiona y traga, describirá el patrón mencionado. En segundo lugar, añadirá que su niño ocasionalmente deja unos instantes de succionar y tragar, como si su niño estuviera descansando un ratito, y luego vuelve a iniciar su proceso de succionar despacio y tragar de forma regular. En este punto yo le aseguro que su cuerpo está funcionando como debe. Son esos chupeteos rápidos los que indican que la madre está teniendo muchas bajadas de la leche. Son normales, habituales, y responsables de sacar la leche final, más rica en grasa, del final de cada mamada. A menudo, la única pista que tiene una madre de que está experimentando las bajadas de leche antes citadas es el patrón de succionar y tragar predecible, independientemente de si ella misma siente o no esta bajada de la leche. Algunas mujeres apenas sienten el reflejo de eyección, mientras que otras experimentan un cosquilleo en el pecho cada vez que la leche baja.
Como norma general, cuanto más obvia es esta sensación de bajada de la leche para la madre, más llenos estarán sus pechos. Recordemos que la producción de leche está basada en la ley de la oferta y la demanda: la cantidad de leche que produce el pecho está determinada por la cantidad de leche que sale del pecho. Si el niño extrae mucha leche, el pecho se prepara mejor para la próxima vez. Es un sistema verdaderamente ingenioso!

La Composición de la leche

Tan maravilloso como el sistema de producción de leche es el cambio en la composición de la leche a lo largo de cada mamada, algo que ninguna leche artificial para niños puede hacer. La leche inicial que el niño obtiene tan pronto se agarra al pezón se parece mucho a la leche desnatada. Satisface al niño inicialmente, es alta en volumen y baja en grasa y en calorías. A medida que la mamada progresa, el contenido en grasa va aumentando y la leche correspondiente se parece más a la leche entera. Finalmente, hacia el final de la mamada, la leche es rica en grasas, alta en calorías y baja en volumen. La leche final se parece a un rico postre cremoso. La concentración en lactosa (el azúcar de la leche) es relativamente constante a lo largo de la mamada.
Parte de la investigación de Woolridge en los últimos años ha sido medir la ingesta de leche y el contenido en grasa de la leche. Sus estudios muestran que puede haber una gran variación del contenido en grasa de la leche inicial y final en algunas madres mientras que otras muestran muy poca diferencia entre la leche del inicio y del final de la mamada.

Alimentación a demanda

Woolridge destaca la importancia de dejar que sea el niño el que controle su alimentación. Los niños son inteligentes - saben lo que necesitan. Según Woolridge, un niño mamará hasta que haya ingerido las calorías que necesite, entonces podemos deducir que el volumen de leche consumido es menos importante que el recuento de calorías. Un niño que mama de forma eficiente estimulará las bajadas de la leche final y recibirá más leche final, rica en grasa.
Es necesario algo más que un niño eficiente para poder conseguir la leche final. También exige paciencia por parte de la madre y el conocimiento de que es importante permitir que el niño permanezca en un pecho el tiempo suficiente para conseguir esa leche rica en grasas. La pregunta obvia es: Cuánto tiempo tardará? De acuerdo con Woolridge y Fisher, un niño que está satisfecho y confortablemente lleno se soltará del pecho Él sólo. Entonces es cuando vemos la maravillosa mirada de "marinero borracho" que aparece cuando la barriguita está llena. Algunos niños llegarán a este punto más rápidamente que otros; algunos nunca parecen llegar al punto en el que se soltarían del pecho por sí mismos. Esto puede indicarnos que el niño no está amamantando de forma eficiente y puede beneficiarse de ayuda en relación con la posición con la que mama o en como se afianza al pezón. A menudo, simplemente levantar el pecho desde abajo permitirá que el niño pueda drenar el pecho con más eficiencia. Las normas de lactancia que se dan rutinariamente a menudo les dicen a las madres que limiten el tiempo total al pecho y que usen un intervalo de tiempo prefijado de cinco o diez minutos para determinar cuándo cambiar de un pecho al otro. Limitar el tiempo en el que el niño mama de cada lado a solo cinco o diez minutos puede ser contraproducente en relación con el cambio en la composición de la leche. Para algunas madres, dar de mamar de los dos pechos en cada mamada es importante para conseguir mantener la producción de leche y aliviar la hinchazón de los pechos, pero el niño debería terminar completamente el primer pecho antes de que se le cambie al otro lado.
Un Escenario Típico
Vamos a contemplar juntos porqué el cambiar arbitrariamente al otro pecho puede ocasionar problemas. En primer lugar, si la madre controla el tiempo de cada mamada y da el mismo tiempo de cada pecho, el niño va a obtener mucha leche inicial - la leche "desnatada" - especialmente si la madre es una de esas mujeres que tiene grandes diferencias en el contenido en grasa de la leche inicial y final. Si recordamos que el niño intentará seguir alimentándose hasta que obtenga sus calorías, deberá tomar mucha leche inicial para conseguir esas calorías. Cuando saca mucha leche del pecho, el pecho responde produciendo mucha leche. Cuando hay grandes cantidades de leche hay un flujo mayor y un reflejo de bajada de la leche más intenso - lo cual sería como intentar mamar de una boca de incendios que suelta agua a gran presión y sin parar!
Si el niño está bebiendo grandes cantidades de leche, también estará consumiendo grandes cantidades de lactosa o azúcar de la leche. Los niños pueden digerir una cierta cantidad de lactosa, porque producen lactasa - el enzima necesario para digerir ese azúcar - aunque su cantidad es limitada. Si hay demasiada leche habrá demasiada lactosa que el niño tendrá que digerir, originando un problema similar al de la intolerancia a la lactosa. Cualquiera de nosotros que sufra intolerancia a la lactosa podrá inmediatamente simpatizar con la incomodidad que el niño puede sentir!
El alto contenido en lactosa en el intestino produce diarrea, que se complica además porque el contenido bajo en grasas de la leche provoca un rápido vaciado del estómago. Algunas veces el estómago "se vacía en la dirección equivocada", haciendo que los niños expulsen leche - consumen más leche de la que pueden mantener en su interior cómodamente. Y para complicar aún más el problema, si el niño no consigue las calorías que necesita, deseará comer pronto de nuevo.
Piensa ahora en todas las llamadas que has recibido de madres que se preocupan por no tener suficiente leche porque el niño mama "todo el tiempo". O quizás creen que no le gustan a su niño porque "pelea" contra el pecho, o expulsa lo que parece ser una gran cantidad de leche y tiene deposiciones verdes y espumosas. O piensa en la madre a la que se le escapa mucha leche entre mamadas o durante la bajada de la leche. Estas madres están probablemente sufriendo de una bajada de la leche demasiado intensa, ocasionada por ideas equivocadas sobre la lactancia y una interferencia con el "flujo" normal de leche, y son candidatas a recibir ayuda de los hallazgos de investigación de Woolridge y Fisher. (si deseas más información sobre una bajada de la leche demasiado intensa, los síntomas y sugerencias de tratamiento, por favor consulta los artículos posteriores)
Como ayudar a estas mujeres?
Has visto alguna vez a una gata amamantar a sus gatitos? Cada gatito mama en un solo sitio hasta que acaba. Mamá gata no juega a las "sillas musicales" con sus gatitos! Quizás una forma más natural de amamantar sea el dejar que el niño termine primero el primer pecho.
Habla a las mujeres embarazadas y a las madres de niños recién nacidos de la importancia de asegurarse de que sus niños mamen el tiempo suficiente para conseguir la leche final. Si les explicas el proceso, lo comprenderán y estarán más animadas a poner en practica esta forma de amamantar. Animarlas a dejar que sus niños mamen de un lado hasta que se suelten por sí mismos. Pueden entonces ayudarles a eructar o cambiarles de pañal. Si el niño parece seguir hambriento, la madre puede entonces ofrecer el otro lado y dejar que su niño tome lo que necesite. Puede entonces empezar la siguiente mamada por ese segundo lado.
Amamantando principalmente de un lado en cada mamada, el niño obtiene todas las calorías que necesita con un menor volumen de leche. Así la madre se siente más cómoda y tiene menor probabilidad de que la leche le gotee o se le escape. Su niño tendrá menos cólicos y a menudo ganará peso a un mejor ritmo. Tendrá menos posibilidades de rechazar el pecho o luchar contra Él porque ya no estará amamantando de la "boca de incendios". Y podrá aguantar más tiempo entre comidas porque estará comiendo una "comida" que incluye tanto el "aperitivo" (leche inicial) como el "postre" (leche final).
Evelyn Byrne, líder retirada y IBCLC, nos recuerda la importancia del seguimiento de estas madres. El niño puede estar marcadamente más tranquilo después de unas pocas mamadas, pero el método puede requerir "ajustes finos" durante un par de semanas. El aumento de peso del niño debería mejorar si está obteniendo más leche final. Si no gana peso, lo pierde o tiene menos pañales mojados, debe de nuevo evaluarse el manejo de la lactancia. Recordar que a menudo salir de un problema nos lleva tanto tiempo como nos llevó meternos en Él puede ayudar a la madre a superar la situación y mirar adelante.
Los patrones de lactancia pueden variar
Estoy segura de que conocen a muchas madres (incluyendo, quizás a nosotras mismas) que amamantaron con los dos pechos en cada toma y les funcionó bien. Esto es simplemente otra indicación de la adaptabilidad del cuerpo humano! Si el sistema que la madre usa le funciona, entonces no existe ninguna razón para cambiarlo. Sin embargo, puede seguirle siendo de ayuda oír acerca de los cambios de la leche durante la mamada. El conocimiento es una herramienta poderosa! Y algunas madres pueden sentirse aliviadas al escuchar que no es necesario cambiar de pecho en cada toma - particularmente aquellas madres que tienen que luchar por desprender a sus niños que están firmemente afianzados al primer lugar.
Puede que las madres que dan de mamar de ambos pechos el mismo tiempo en cada mamada sean lo suficientemente afortunadas para que este sistema les funcione. O quizás haya algún otro factor actuando en ese caso. Woolridge especula que quizás las mujeres que muestran las mayores variaciones en el contenido en grasa de la leche son aquellas que más se benefician del método de lactancia "termina primero el primer pecho". Las mujeres con pocos cambios en la composición de la leche pueden amamantar a sus hijos como quieran y los niños obtendrán lo que necesitan.
La investigación de Woolridge representa otro ejemplo de como la ciencia de la lactancia respalda el arte de amamantar. También confirma lo que las Líderes de la Liga de la Leche hacen de forma natural - animar a las madres a mirar a sus hijos buscando las señales que ellos les dan.

Reflejo de bajada de la leche demasiado intenso: Consecuencias y Tratamientos.

por Mary Jozwiak, Villa Park, Illinois, USA
(tomado de LEAVEN, Septiembre-Octubre 1995, pp.70-71)

Mary Jozwiak es madre de dos niñas y ha sido líder durante seis años. Contesta a las llamadas telefónicas a la línea gratuita 800 de la Liga de la Leche dos días a la semana y es AAPL en Illinois, USA.
Hace ocho años, cuando era una madre lactante primeriza, simplemente pensaba que a Sarah no le gustaba mamar. A menudo lloraba y se ponía nerviosa en mi pecho, ahogándose con la leche. Tenía frecuentes dolores de estómago y deposiciones verdes y cuajadas que salían emitiendo sonidos fuertes, casi cómicos. Sin embargo, mojaba bastantes pañales y crecía como la mala hierba. Sospechaba que había algo que estaba mal en mi leche y puse en práctica muchas sugerencias (incluyendo, me temo, unos cuantos biberones de leche artificial). Aunque el doctor me decía que mi leche "simplemente no era apropiada" para mi niña, seguí dándole de mamar. Superando huelgas de hambre en las que mi niña no quería mamar y confusión cuando la ponía al pezón, finalmente eliminé la leche de fórmula. Después de varios meses nuestros problemas parecieron desaparecer. Sin embargo, Sarah raras veces mamaba con comodidad; simplemente obtenía su leche rápidamente y se ponía a hacer otras cosas.
Con mi segunda niña, tomé la decisión de no darle nunca biberón, pasara lo que pasara. Al igual que Sarah, Rebecca tenía gases, eructaba mucho, expulsaba leche y se atragantaba cuando yo tenía bajadas de leche. De hecho, a mí me dolía cuando me bajaba la leche. La leche salía disparada en todas las direcciones y yo goteaba sin parar. Las deposiciones verdes de Becca fueron incorrectamente diagnosticadas como "intolerancia a la lactosa". Sin embargo, me sentí aliviada al oír al doctor decir que era una niña muy sana; ganó tres libras (un kilo y medio) y creció una pulgada (dos centímetros y medio) en sus primeras tres semanas de vida. Él dijo que continuara haciendo lo que estaba haciendo. Una vez más, eliminé todos los productos lácteos y un montón de otros alimentos de mi dieta. Esto ayudó un poquito pero Becca siguió teniendo gases y poniéndose nerviosa como su hermana. Cuando Becca había cumplido diez meses y ya no tenía problemas con ella encontré unos artículos que hablaban de qué sucede cuando el reflejo de bajada de la leche es demasiado intenso. Fue entonces cuando descubrí que todo tenía sentido.
Cuando una madre tiene un reflejo de bajada de la leche demasiado intenso, la leche sale rápidamente a chorro del pecho en gran cantidad. Si esto ocurre al principio de la mamada, el niño puede tragar aire y consumir demasiada leche inicial en comparación con la leche final. Cuando el niño se llena de la leche inicial, más aguada, puede tener luego dolor de estómago como resultado de una combinación entre llenar el estómago demasiado rápido, tragar aire para conseguir no asfixiarse con el chorro de leche que le llega y el efecto laxante de una gran cantidad de lactosa (azúcar de la leche). Algunos niños se sienten tan molestos ante la llegada de ese repentino chorro de leche que rechazan el pecho, se niegan a mamar y se ponen en huelga de hambre.
Hay varias soluciones que pueden ayudar a remediar una bajada de la leche demasiado intensa. Cuando el niño es muy pequeño (desde recién nacido a pocas semanas de vida), la madre puede intentar diferentes posiciones para que el niño pueda soltarse el solo del pecho cuando lo crea necesario. Por ejemplo, la madre puede tumbarse de espaldas con el niño encima de ella para que él pueda controlar su cabeza y echarse hacia atrás si la leche sale demasiado rápidamente y en mucha cantidad. Otra sugerencia podría ser desprender al niño del pecho cuando la madre sienta que la leche empieza a salir con más intensidad, recogiendo esta leche en un pañuelo o trapo limpio, y colocando de nuevo al niño al pecho cuando el flujo de leche vaya disminuyendo.
Si el problema continúa cuando el abastecimiento de leche esté bien establecido, se pueden intentar otras cosas. La meta es aumentar la cantidad de leche final que recibe el niño y conseguir que la bajada de la leche sea menos intensa. Supongamos que la madre empieza a dar de mamar con el pecho derecho. Cuando siente que llega la bajada de la leche, retira suavemente a su niño y permite que el potente chorro de leche empape un trapo o un pañuelo. Luego vuelve a colocar al niño en el mismo pecho, permitiéndole que mame todo el tiempo que lo desee. No debe cronometrarse el tiempo que el niño está al pecho. La madre no debe usar el pecho izquierdo en absoluto durante esta mamada. Si el niño necesita volver a mamar en el siguiente período de dos a cuatro horas, la madre debería ofrecer el mismo pecho (el derecho). Durante el siguiente período de dos a cuatro horas, se repetiría el mismo procedimiento empleando en este caso el pecho izquierdo.
Este procedimiento se puede ajustar tanto para la madre como para el niño. Si la madre tiene los pechos muy llenos o está incómoda, puede poner al niño brevemente en el otro pecho. Es importante que el niño moje al menos seis pañales cada 24 horas. Si el número de pañales mojados es menor de seis, sugerimos a la madre que vuelva a usar los dos pechos en cada mamada. Sin embargo, la mayoría de las mujeres que tienen un reflejo de bajada de la leche demasiado intenso no tendrán problema en producir suficiente leche de un solo pecho cada vez.
Las mujeres que presenten un caso más moderado de bajada de la leche pueden usar un pecho en cada mamada, en lugar de usar un pecho durante cada período de dos a cuatro horas. Recuerden a la madre que deje que la primera bajada de la leche empape un pañuelo y que luego vuelva a colocar al pecho a su niño. Estas sugerencias pueden ayudarle a "domar" o "controlar" su bajada de la leche y le ayudarán a producir una cantidad de leche que su niño pueda manejar cómodamente. El niño debe ser alimentado con frecuencia, ya que cuanto más mame el niño, menos intenso será el flujo de leche.
No es necesario decir que un niño que presente problemas por una bajada de la leche demasiado intensa de su madre no debe pasarse al biberón demasiado pronto, si es posible evitarlo. El flujo menos intenso de la tetina artificial del biberón hace que este niño sea un candidato a un caso pertinaz de confusión ante el pezón y rechazo del pecho.
A medida que el niño se hace mayor, puede ser capaz de tolerar mejor este reflejo tan intenso de bajada de la leche. Algunos niños, sin embargo, mamarán solo hasta que sus estómagos estén llenos y se negarán a quedarse más tiempo al pecho. Esta falta de comodidad al mamar puede conducir a un destete temprano. Las técnicas para reducir el flujo descritas anteriormente pueden ayudar incluso al niño mayor.
Una madre con un reflejo de bajada de la leche demasiado intenso puede encontrar ayuda en los artículos Confusión ante el pezón (No. 32) y Cómo enfrentarse a una huelga de hambre de un niño que se niega a mamar (No. 62). Desde luego se beneficiará de la ayuda y el apoyo de una líder de la liga de la leche.
Mis niñas aprendieron a adaptarse a un reflejo de bajada de la leche demasiado intenso. Becca se entretenía soltándose del pezón, viendo como la leche salía en forma de spray, y riéndose ante el espectáculo. Sarah legó a un punto en el que le gustaba tanto que la leche saliera a borbotones que lloraba y se enfadaba cuando el reflejo terminaba. Ella se destetó pronto y parecía feliz con su decisión aunque yo no estaba preparada para que se destetase tan pronto. Fue una experiencia frustrante para todas nosotras que finalmente se resolvió en una feliz experiencia de lactancia - que quizá terminó de forma prematura.
Efectos secundarios comunes de un reflejo de bajada de la leche demasiado intenso: Common side effects of an overactive letdown.
por Mary Jozwiak, Villa Park, Illinois, USA (tomado de LEAVEN, Septiembre-Octubre 1995, p.69)
La madre puede experimentar:
Una sensación intensa o incluso dolorosa cuando la leche sale.
Que la leche salga con frecuencia a borbotones y en forma de spray de uno o ambos pechos.
Goteo excesivo de la leche.
Más de un reflejo de bajada de la leche en cada mamada.
Mastitis (infecciones del pecho) repetidas.
El niño puede presentar:
Nerviosismo y/o gases.
Deposiciones frecuentes, a menudo cuajadas y con moco.
Atragantamiento, sofocos y ahogos mientras mama.
Excesivo aumento de peso.
Aparente ausencia de "comodidad" mientras mama.
Incomodidad mientras mama, algunas veces tan intensa que el niño se niega a mamar
Posible destete precoz (a menudo rondando el primer año, a veces antes)
El bebé más feliz del barrio
Kathryn Major*, Kansas City, MS, USA

Traducción Cortesía de Cathy Urroz de Arce y Lavinia Belli
Revisión: Mónica Tesone


Como madre primeriza recuerdo haberme sentido desbordada por los llantos de mi bebé. Después de que yo intentase todo lo que podía para calmarla, mi marido caminaba por la casa a oscuras con nuestra inconsolable hijita.
Alrededor de las seis semanas los episodios de llantos nocturnos habían disminuido significativamente.
También aprendí a utilizar un porta-bebé y a interpretar las señales de mi bebita con mayor exactitud.
Una vez que reasumimos nuestras actividades sociales habituales, todos nuestros amigos pensaban que teníamos una bebé "muy buena" que nunca lloraba. Después de oir historias terribles sobre bebés con cólicos que lloraban por meses, me sentía afortunada.
A veces cuando hablo con una madre primeriza reconozco la desesperación en su voz mientras se oye el llanto del bebé en el fondo.
Una madre que no consigue calmar a su bebé a menudo siente que no lo está haciendo bien o que no es lo suficientemente competente. Los familiares y amigos bien intencionados comentan que el bebé debe de estar hambriento y sugieren a la madre que le ofrezca un biberón para calmarle. Sin advertir las consecuencias, esa madre puede estar en camino hacia una disminución de su producción láctea o un destete precoz.
En la última sesión de la Conferencia 2003 de LLLI en San Francisco, California, USA, aprendí una manera maravillosa para calmar a un bebé que está llorando.
Incorpora todas las cosas que he aprendido a lo largo de los años desde que batallé con mi propio bebé, y me da otra herramienta para poder compartir con mamás que llaman pidiendo información.
Me sentía ansiosa por escuchar lo que el conferencista, el Dr. Harvey Karp, Profesor Asistente de Pediatría en la Escuela de Medicina de UCLA, un pediatra en práctica y especialista en desarrollo infantil por más de 25 años, tenía que decir. La descripción de la sesión del Dr. Karp indicaba que hablaría sobre maneras para calmar el llanto del bebé que "tomó prestadas de otras culturas de todo el mundo" Me senté al lado de otra líder veterana que me comentó que le había visto en un programa de TV matutino y que se había quedado impresionada con su técnica.
Cuando Betty Crase, miembro del Consejo de Administración lo presentó con mucho entusiasmo y dijo que estuvieron guardando lo mejor para el final, supe que estaba a punto de obtener valiosa información para cerrar con broche de oro mi maravilloso fin de semana en la Conferencia!!!!!
La cultura occidental con frecuencia invierte mucho tiempo y energía tratando de controlar el llanto de los recién nacidos. Se comercializan muchos productos para nuevos padres con la promesa de que una luz en particular, un sonido o un juguete calmarán el llanto de sus bebés. Los padres con frecuencia describen que colocan la silla del bebé sobre lavadoras, o que encienden la aspiradora, o hablan de salir a dar vueltas a la manzana en pijama, en el coche. Es un mercado enorme, muchos padres jóvenes están separados geográficamente de otros miembros de la familia y probablemente no han tenido mucha experiencia conviviendo con bebés pequeños.
Las expectativas sobre como deben comportarse los bebés raramente se basan en al realidad. Cualquier técnica que habilite a los padres para calmar a sus bebés sin artilugios, puede ser una herramienta muy valiosa.
El cólico es un término comúnmente utilizado para explicar el llanto de los recién nacidos y parece que muchos padres occidentales casi dan por hecho que sus bebés experimentaran "algo" de cólicos
Las preguntas abundan: ¿serán gases? ¿Estrés? ¿Alergia? ¿Reflujo? Como pediatra practicante en California, el Dr. Karp advirtió éste fenómeno y se propuso entender por qué en algunas otras culturas en el mundo experimentan poco o nada el llanto del bebé recién nacido. También investigó diversos tratamientos utilizados durante años, alguno de los cuáles han caído en desuso y no se consideran prácticas aceptables hoy en dia. Estudió técnicas de crianza para recién nacidos, que le condujeron a algunas muy significativas conclusiones.
El Dr. Karp cree que los bebés humanos necesitan un "cuarto trimestre".
El describe los cerebros de los bebés recién nacidos como inmaduros e incompletos en estructuras, con espacio para la compresión que posibilita el paso exitoso de la cabeza por el canal del parto.
Pero ésta inmadurez dificulta que los padres interpreten adecuadamente las necesidades que sus bebés intentan expresar Muchas personas hablan sobre el hecho de que los bebés se "sobre-estimulan"
con la vida fuera del útero, pero el Dr. Karp cree que los bebés en realidad extrañan la muy activa combinación de estar envueltos, el movimiento y los sonidos que han conocido dentro del vientre materno.
Él cree que al nacer, los bebés repentinamente están privados de las sensaciones rítmicas, hipnóticas que los rodearon constantemente en el útero.
El Dr. Karp dice: "Aunque podamos pensar que arrullar a los bebés durante doce horas al día es mucho, desde el punto de vista de nuestros bebés es una disminución inmediata del 50% de lo que ellos estaban acostumbrados!"
Una faceta importante de la teoría del Dr. Karp es que estos elementos de envolver al bebé, movimiento y sonidos se combinan para crear lo que él llama el "reflejo calmante" similar a muchos de los otros reflejos naturales con los que nace un bebé.
Un bebé demasiado activo en el útero podría dañar la placenta o enredarse en el cordón, así que es importante para su propia supervivencia que aprenda a calmarse a sí mismo.
La inmersión en constante movimiento es la norma para los bebés en útero. Muchas madres embarazadas notan que cuando más sienten que aumenta la actividad de sus bebés es cuando ellas dejan de moverse de manera típica al recostarse en la noche a dormir.
Cuando los nuevos padres intentan crear un ambiente silencioso en casa, muchos bebés puede que tengan dificultades para asimilar la diferencia.
Las conclusiones del Dr. Kart lo llevaron a desarrollar una técnica que él llama "Las Cinco S" (por sus siglas en inglés: swaddling, side or stomach position, shushing, sucking)
(Nota de la traductora: las 5 S en inglés se refiere al inicio de cada una de las palabras clave). Éstas son: Envolver al bebé, Colocarlo de lado o boca abajo, columpiarlo o mecerlo, Hacer un sonido shhhh y succión.
Él Dr. Kart sugiere que los bebés se calman con éstas y otras "experiencias similares al vientre materno" porque disparan un reflejo automático que es literalmente un interruptor del llanto: el reflejo calmante
Para empezar, al bebé que llora se le envuelve en una mantita ligera con los brazos a los lados del cuerpo y no cruzados en el pecho, como solía hacerse. El advirtió que ésta posición de los brazos funcionaba mejor, porque muchos bebés conseguían soltarse cuando se les envolvía con los brazos sobre el pecho.
Luego, se sostiene al bebé sobre su lado o estómago, ya sea viendo hacia fuera o hacia la madre/padre en posición de cuna o posición de cólico. Es importante que si se toma al bebé de lado, se llegue a ésta posición desde una posición boca abajo, pues si se ponen boca arriba primero se desencadena un reflejo de asombro que puede interferir con el reflejo de calma.
Si se coloca al bebé de lado, es muy importante que se le coloque en esa posición inclinándolo hacia su estómago y no hacia su espalda. Ya que de otra manera su reflejo de sobresalto podría interferir con el proceso de calmarlo.
Luego la madre/padre se reclina hacia el bebé, justo detrás de su oído y hace un sonido "shhhhhh" fuerte. Este es un "shhh" largo y sostenido, mucho más fuerte de lo que podrías suponer. La idea es imitar el sonido y volumen del torrente sanguíneo en el útero, el cual es más alto que el de algunas aspiradoras y secadoras de cabello.
En los video clips que mostró, la respuesta dramática de casi todos los bebés en este punto era un alto total del llanto, con el rostro y ojos totalmente relajados. Luego, "columpia" al bebé. La demostración en vivo lo hizo parecer más como un zangoloteo o meneo rápido. La cabeza del bebé es sostenida por la mano de la madre/padre, pero hay un zangoloteo definitivo, algo parecido a la vibración de una lavadora o un paseo en carro.
El ultimo factor es la succión. El Dr. Karp refuerza el hecho de que el amamantamiento frecuente es algo que realizan las madres en todas las culturas con bajos niveles de llanto y aboga por un acceso fácil y frecuente al pecho. En este punto, el Dr. Karp recomienda el uso de un chupón, el cual puede reconfortar a algunos bebés.
Para los bebés que lloraban desconsolados en este video, la reacción típica era de quedarse dormidos, con frecuencia en tan solo 10-15 segundos. Muchas personas en la conferencia pidieron la palabra y describieron cuan efectivo era el sistema para ellos. Algunas personas expresaron su preocupación ante la posibilidad de perder o mal interpretar señales de hambre cuando el bebé se mantiene envuelto de ésta forma todo el tiempo, pero el Dr. Karp aclaró que los bebés no deben estar envueltos todo el tiempo - todo bebé necesita oportunidades para explorar su ambiente y mover su cuerpo También abogó por mucho amamantamiento, el cual en la mayoría de los casos aliviaría el problema de las señales de hambre. . Como el llanto de los bebés tiende a reducirse entre las seis y las doce semanas, el Dr. Karp sugiere que los padres vayan abandonando poco a poco el uso éstas técnicas, aunque evidentemente habrá padres que tendrán que echar mano de ellas por un período de tiempo un poco mas prolongado.
El video está disponible a través de LLLI (No. 1323-30) y puede ser un buen regalo para padres que se preguntan cómo manejar el llanto de sus bebés. El Dr. Karp tiene un estupendo sentido del humor y su amor por los bebés resplandece en su trabajo.

LA COMPOSICION DE LA LECHE

*Kathryn Major ha sido líder en Kansas por 10 años y actualmente es la editora del boletín de Area En Face y editora de DA Access, una publicación de LLL USA para asesoras de distrito. Ella da cursos de entrenamiento en obediencia para perros y scrapbooking. Ella y su marido Michael tienen una hija, Celia (13).
La leche materna es una sustancia viva, contiene tantas células como la propia sangre. En algunas sabias culturas milenarias como en la India se la denomina "sangre blanca". Estas células pueden destruir activamente parásitos, bacterias y hongos y contribuyen a regular la respuesta inmunológica, los gérmenes se multiplican menos y con menos rapidez en la leche materna, la leche materna no solo es un buen alimento, es además una buena medicina.
Podemos dividir y agrupar los beneficios para el bebé en cuatro tipos:
1 Ventajas nutritivas:
Se digiere mejor y más rápido (Tiene enzimas digestivas: lipasa y lactasa entre otras).
Tiene 3.6 veces menor cantidad de sodio que la leche de vaca (menor posibilidad de deshidratación, menos hipertensión).
Tiene grasas y proteínas de mejor calidad (sobre todo para el desarrollo del cerebro).
El hierro se absorbe casi en su totalidad (menos anemia).
Su composición se adapta a las necesidades de la edad (es distinta para un bebé de término que para un prematuro).
La lactosa ayuda a prevenir el raquitismo y en la absorción de calcio y el desarrollo del cerebro.
2 Protección contra infecciones:
Tiene linfocitos y macrófagos que destruyen gérmenes activamente.
Es Higiénica (está siempre preparada, a temperatura justa y estéril).
Tiene el Factor Bífido que impide el sobredesarrollo de gérmenes en el intestino.
Tiene anticuerpos que protegen al niño de las enfermedades a las que estuvo y está expuesta la madre.
Tiene docenas de agentes antinflamatorios.
Hay 10 veces menos internaciones en el bebé que toma pecho.
Hay 30 veces menos riesgo de diarrea.
Hay 3 veces menos riesgo de infecciones respiratorias.
Hay 4 veces menos riesgo de sepsis (infección generalizada y grave) a algunos gérmenes frecuentes en la infancia.
Hay 8 veces menos riesgo de enterocolitis necrotizante (Infección intestinal con gran mortalidad).
4 a 16 veces menos riesgo de meningitis por Haemóphilus (protección que dura 10 años).
Hay 3 a 4 veces menos riesgo de Otitis media.
5 veces menos riesgo de padecer infección urinaria.
3 Protección contra la alergia:
Impide la entrada de proteínas extrañas al intestino y al sistema.
Tiene Zinc y ácidos grasos polinsaturados de cadena larga que contribuyen a una buena respuesta inmunológica.
Un solo biberón que se le dé al niño en los primeros días de vida puede aumentar las posibilidades de alergias. Todas las preparaciones para lactantes, incluida la leche de soja, comportan riesgo de alergia.
Menor incidencia de Psoriasis en los bebés alimentados a pecho.
Menor incidencia de Asma.
Menor incidencia de Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crhon.
4 Otros beneficios:
Menor incidencia de muerte súbita.
Mejor respuesta a las vacunas y capacidad para luchar contra las enfermedades.
Mejor desarrollo psicomotriz, emocional y social.
Mayor Coeficiente intelectual (niños 20% más inteligentes).
Menos riesgo de diabetes.
Menos riesgo de hipertensión arterial.
Hay 9 veces menos riesgo de cáncer y linfomas en la infancia.
Menor producción de caries y problemas de ortodoncia (aparatos).
35% menos riesgo de obesidad futura.
Menor riesgo de Enfermedad Celíaca.
Menor incidencia de miopía.
La Lactancia Materna es un recurso renovable: cuanto más da, más tiene.
Las madres del mundo producen 20.000.000 de toneladas métricas de leche por año. Reemplazar este recurso natural por leche artificial incrementaría las cabezas de ganado, la erosión y la deforestación del suelo. Cada vaca consume 410 Kg. de vegetación por mes.
En India se necesitarían 135 millones de vacas para sustituir la lactancia.
No desperdicia recursos naturales: La sobreproducción de leche vacuna trae como consecuencia un mal aprovechamiento de la tierra: 2 acres de tierra mantienen a 2 personas si se cría ganado, a 24 personas si se cultiva trigo y a 61 personas si se cultiva soja.
No requiere tratamiento térmico (para hervir 250 ml. de agua se necesitan 200 gr. de madera, cada niño usa un mínimo de 73 Kg. de madera/año), no gasta energía. Por lo mismo no es necesario destruir ecosistemas creando más centrales hidroeléctricas o peligrosas usinas nucleares.
Producir un kilo de fórmula cuesta 12,5 m2 de bosque tropical.
Si todo niño fuese alimentado con mamadera se necesitarían 86.000 Ton. de estaño para producir 550 millones de latas etiquetadas con 1.230 Ton. de papel.
El 24% de la superficie terrestre se destina a la ganadería, el doble de los destinado a cosechas y sustenta cerca de 3.000 millones de rumiantes de los cuales la mitad son vacunos (1989).
No contamina el medio ambiente ya que no utiliza energía en su producción ni en su transporte.
Por lo mismo no ayuda al calentamiento global del planeta.
No requiere envases que luego hay que eliminar y que no son biodegradables.
No necesita utensilios para ser usada.
No gasta agua, elemento escasísimo, indispensable para la vida.
Hojea ahora esta divertida cartilla electrónica hecha por el Grupo Origem de Brasil, "Amamantar es un acto ecológico" (traducción al castellano por Alejandra Mercado
Pero ¿cómo iban a convencer a las mujeres de que la leche de vaca era mejor que su leche?. Con publicidad, mucha publicidad, ellos trataron de debilitar la confianza de las mujeres en sus habilidades para alimentar a sus propios bebés. En sólo unas décadas casi destruyeron un hábito de miles de años, que era parte de la naturaleza humana...
Sin embargo, la leche artificial para bebés no protege contra enfermedades. Las madres pobres no tienen suficiente dinero para comprar el alimento de sus bebés, así que lo diluyen. El agua utilizada para preparar la leche artificial puede estar contaminada. La Organización Mundial de la Salud estima que un millón y medio de bebés mueren cada año por no ser alimentados con leche humana
La leche artificial para bebés, es también un gran enemigo del medio ambiente por varias razones. La primera es la enorme cantidad de vacas en todo el mundo, éstas reducen la capa de Ozono con sus gases que contienen metano. En los Estados Unidos, por ejemplo, se producen ¡20 millones de toneladas de leche de vaca en un año! y una buena parte de ésta es usada para leche artificial y otras comidas para bebés.
Ahora, cada vaca consume 3 toneladas y media de vegetales en un año. Para obtener la tierra para el ganado, millones de árboles son cortados a diario. Bosques enteros son quemados y muchas especies de animales y plantas son destruidos.
El proceso de producir leches en polvo y otras comidas para bebés, requiere hervir a altas temperaturas, lo cual consume mucha electricidad. Toda esta energía es producida por costosas plantas hidroeléctricas que también alteran el ecosistema o centrales nucleares que son dañinas al medio ambiente. ¡Y algunas veces son muy peligrosas!...
Se desperdicia un inmenso volumen de papel, cartón, metal, plásticos, etc... en empacar comidas para bebés y en la manufactura de biberones y tetinas. Estos son raramente reciclados y continúan contaminando el planeta. En los Estados Unidos, por ejemplo, los 550 millones de latas que son vendidos cada año podrían dar una vuelta y media a la tierra si fueran colocadas de una punta a la otra.
En las casas, en todo el mundo, una enorme cantidad de agua, gas, electricidad y madera es desperdiciada preparando leche y esterilizando biberones. Los vehículos usados para llevar las comidas para bebés en todo el mundo desperdician millones de litros de combustible y contribuyen a la contaminación del aire y al efecto invernadero.
La leche de madre no desperdicia energía para ser producida. No causa contaminación. No utiliza envases para su consumo, ni necesita ser transportada, y está siempre lista para su uso, sin la necesidad de ser calentada. Por todas estas razones y muchas más...
DAR EL PECHO ES LO NATURAL, Y ES UN ACTO ECOLÓGICO.

Quise hacer esta sección para que todos seamos concientes de los riesgos a los que exponemos a nuestr@ hij@ si le ofrecemos un biberón o mamadera.
Está tan arraigada en nuestra sociedad la "cultura del biberón" que siempre cuando pregunto a las futuras mamás que concurren al Taller de Embarazo y Crianza de nuestro hospital, que levanten la mano las que ya tienen (porque compraron o les regalaron) mamaderas o biberones, la gran mayoría las levanta!
Muchas madres que han amamantado con éxito a su hij@ durante su primer año me preguntan en la consulta "¿y cuándo comienzo a darle la mamadera?" como si ese acto fuese obligatorio...
Cuidado!, tanto el chupete (ver animación) como la mamadera introducidos precozmente pueden inducir al bebé a lo que se llama "confusión del pezón":
Después de succionar un chupete o tetina artificial preformada, es posible que el niño tenga dificultades para comprimir el pecho y mamar.
Al tomar biberón el bebé no tiene necesidad de comprimir-succionar ya que bebe por simple flujo de gravedad o solo por succión (ver imagen comparativa), dependiendo del orificio de la tetina, por lo que luego tampoco puede extraer la leche del pecho, ya que pierde el complejo reflejo de succión deglución (ver animación 1, ver animación 2)
El niño pega la lengua a la tetina tratando de regular el flujo de la leche (lo que posteriormente trae deglución atípica y problemas de ortodoncia).
Es por esta confusión de pezón por lo que se insiste tanto en el No uso de biberones o chupetes, ya que su uso puede hacer que el bebé deje el pecho.
Los bebés intentan succionar el pecho del mismo modo que succionan una tetina o un chupete, luego de producida la bajada de la leche (donde ésta sale espontáneamente), se frustran al no poder extraer más leche, lloran, se ponen nerviosos y ponen nerviosas a sus mamás y terminan rechazando el pecho. Es entonces cuando su madre piensa que ya no tiene leche y substituye más mamadas por biberones, con lo que su producción de prolactina disminuye, llevando a un inevitable destete. Si notas que te está pasando algo parecido, no te desesperes, hay métodos para recuperar la lactancia exclusiva, búscalos en Confusión del pezón.
Cómo mencionamos antes, el uso de biberones aumenta los problemas de deglución, oclusión dental, caries de la infancia, etc.
Los bebés alimentados artificialmente tienen más tendencia a sufrir cólicos (dolores de barriga), diarreas, constipación, dermatitis del pañal (colitas paspadas), asma, diabetes, hipertensión arterial, cáncer en la infancia, etc, etc.
Los biberones son una fuente importante de transmisión de gérmenes patógenos debido a que es difícil mantenerlos limpios, aún después de esterilizarlos se pueden cultivar gérmenes de su interior, en especial la parte interna de la rosca y en la tetina. En un estudio científico realizado en la zona periurbana del Perú el 35% de las tetinas analizadas resultaron positivas para E. Coli un germen indicador de contaminación fecal y responsable de diarreas y del Síndrome Urémico Hemolítico.
Y lo más importante, si el bebé deja el pecho, perderá todos los beneficios de la leche materna! Si tu niñ@ toma el pecho, no necesita ninguna otra leche.
Es Mejor Evitar la Leche de Vaca en la Infancia
Valerie Copeland, Consultor de Nutrición de TVS de Triangle Vegetarian Society

La leche de vaca es el alimento perfecto para las vacas, pero es uno de los más alergénicos para los bebés humanos (1). Por suerte, cada vez más vegetarianos escogen amamantar y no considerarían darle a su pequeño leche de vaca ni fórmulas hechas con leche de vaca (2). Esto es especialmente importante durante los primeros seis meses de vida porque los componentes inmunes de la leche materna son los más benéficos.

Aunque la fórmula modificada para bebés hecha con leche de vaca puede sustituir la leche materna, la leche de vaca que no ha sido modificada (entera, 2%, o desnatada) no es recomendable durante el primer año. La leche de vaca es demasiado rica en proteína, fósforo, y sodio, especialmente para bebés de 0-12 meses de edad. Esto provoca que los pequeños e inmaduros riñones funcionen más rápido, agotando su capacidad para excretar el exceso de nutrientes (3). También, la proteína de la leche de vaca puede ocasionar una reacción en la mucosa del intestino, provocando sangrado en el estómago que puede resultar en una anemia por deficiencia de hierro (4). Aunque la leche materna es más baja en hierro que la leche de vaca, el hierro de la leche materna es más fácil de absorber (3).

En años recientes, las investigaciones han mostrado que la proteína de la leche de vaca, aunque sea sin modificar en la fórmula de leche de vaca, incrementa los riesgos de diabetes en niños susceptibles (5). Los estudios pueden ser sólo una evidencia preliminar de la conexión entre la leche de vaca y la diabetes, pero es otra buena razón para evitar la leche de vaca y dar pecho a los bebés (6).


Leche: Ni Recomendada Ni Necesaria
(Comité de Médicos para una Medicina Responsable)
[Traducido de http://www.pcrm.org/health/Info_on_Veg_Diets/milk.html]

Un sustancial grupo de evidencias científicas suscita inquietudes sobre los riesgos de salud de los derivados de la leche de vaca. Estos problemas se relacionan con las proteínas, el azúcar, la grasa y los contaminantes que contienen los lácteos, y que la leche entera de vaca no es adecuada para la nutrición infantil.

Los riesgos de salud derivados del consumo de leche son máximos para los bebés menores de un año, en quienes la leche entera de vaca puede contribuir a deficiencias de diversos nutrientes, como hierro, ácidos grasos esenciales y vitamina E. La Academia Americana de Pediatría [1] recomienda que los bebés menores de un año no reciban leche entera de vaca.

Los productos derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro [2], contienen sólo un décimo de miligramo (mg) por cada ración de 8 onzas. Para obtener la Cantidad Diaria Recomendada en los EE.UU. de 15 mg de hierro, un bebé debería tomar más de 31 cuartos de galón (1,136 l) de leche al día. La leche puede también provocar hemorragias en el tracto intestinal, que, con el tiempo, reducen las reservas de hierro del organismo. Los investigadores especulan que estas hemorragias pueden ser una reacción a las proteínas presentes en la leche [3]. La pasteurización no elimina el problema. Unos investigadores de la Universidad de Iowa publicaron recientemente en la Revista de Pediatría que “en una gran proporción de bebés, el consumo de leche de vaca provoca un aumento sustancial de la pérdida de hemoglobina.
Algunos bebés son primorosamente sensibles a la leche de vaca y pueden perder grandes cantidades de sangre”.[3]

Aunque la preocupación es mayor para los niños en su primer año de vida, también hay inquietudes relacionadas con el consumo de leche en niños más mayores y algunos problemas asociados con fórmulas a base de leche de vaca.

Las Proteínas de la Leche y la Diabetes

Diversos informes relacionan la diabetes dependiente de insulina con una proteína específica de los productos lácteos. Este tipo de diabetes normalmente empieza en la niñez. Es una causa destacada de ceguera y contribuye a enfermedades cardíacas, daños renales, y amputaciones debidas a una circulación pobre.

Estudios realizados en distintos países muestran una fuerte correlación entre el uso de productos lácteos y la incidencia de diabetes [4]. Un informe reciente del New England Journal of Medicine [5] reafirma sustancialmente la antigua teoría de que las proteínas de la leche de vaca estimulan la producción de anticuerpos [6] que, a su vez, destruyen las células productoras de insulina del páncreas [7]. En el nuevo informe, investigadores de Canadá y Finlandia encontraron mayores niveles de anticuerpos de un fragmento específico de una proteína de la leche de vaca, llamada albúmina del suero bovino, en el 100% de los 142 niños diabéticos que estudiaron en el momento de diagnosticarles la enfermedad. Los niños no diabéticos puede que posean tales anticuerpos, pero a niveles muy inferiores. La evidencia sugiere que la combinación de una predisposición genética y la exposición a la leche de vaca es la principal causa de la forma infantil de diabetes, aunque no hay modo de determinar qué niños están genéticamente predispuestos. Los anticuerpos pueden formarse aparentemente en respuesta a cantidad incluso pequeñas de productos lácteos, incluidas las fórmulas infantiles.

La destrucción de las células pancreáticas sucede gradualmente, especialmente tras las infecciones, que hacen que las proteínas celulares queden expuestas a los daños de los anticuerpos. La diabetes se hace patente cuando del 80 al 90 % de las células beta productoras de insulina quedan destruidas.

Las proteínas de la leche también se encuentran entre las causas más frecuentes de alergias alimentarias. A menudo, la causa de los síntomas no es identificada durante importantes períodos de tiempo.

El Azúcar de la Leche y los Problemas de Salud

Muchas personas, particularmente los de ascendencia asiática o africana, son incapaces de digerir el azúcar de la leche, la lactosa. El resultado es diarreas y gases. Para los que pueden digerir la lactosa, sus componentes son dos azúcares simples: glucosa y galactosa. La galactosa ha sido relacionada con el cáncer de ovario [8] y las cataratas [9,10]. Los bebés lactantes poseen enzimas activos que descomponen la galactosa. Con la edad, muchos de nosotros perdemos esta capacidad.

Contenido Graso

La leche entera, el queso, la nata, la mantequilla, los helados, la crema agria y el resto de productos lácteos aparte de los desnatados contienen cantidades importantes de grasas saturadas, así como colesterol, contribuyendo a enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Los primeros indicios de la enfermedad cardíaca han sido documentados en adolescentes americanos. Aunque los niños necesitan cierta cantidad de grasa en la dieta, no existe ninguna necesidad nutricional de grasa láctea. Al contrario, la leche de vaca es rica en grasas saturadas, pero pobre en el ácido graso esencial ácido linoleico.

Contaminantes

La leche contiene contaminantes frecuentes, desde pesticidas a medicamentos.
Se ha observado que alrededor de un tercio de los productos lácteos están contaminados con indicios de antibióticos. El contenido de vitamina D de la leche ha sido mal regulado. Recientes pruebas sobre 42 muestras de leche encontraron que sólo el 12% estaban entre el rango esperado de contenido de vitamina D. Las pruebas sobre 10 muestras de leches infantiles revelaron que
7 contenían más del doble de vitamina D que la cantidad indicada en la etiqueta, y una de ellas tenía más de 4 veces dicha cantidad [11]. La vitamina D es tóxica en sobredosis [12].

Osteoporosis

Los lácteos ofrecen un falso sentimiento de seguridad para aquellos preocupados por la osteoporosis. En los países donde los lácteos no se consumen comúnmente, existe en realidad menos osteoporosis que en los EE.UU.
Los estudios han mostrado poco efecto de los lácteos sobre la osteoporosis [13]. El Estudio de Salud de Enfermeras de Harvard siguió a 78.000 mujeres durante un período de 12 años y concluyó que la leche no protege contra las fracturas óseas. En efecto, quienes tomaban tres vasos diarios de leche presentaron más fracturas que quienes raramente bebían leche [14].

Hay muchas fuentes buenas de calcio. La col rizada, el brécol, y otras hortalizas de hojas verdes contienen calcio de fácil absorción para el organismo. Un informe reciente de la Revista Americana de Nutrición Clínica mostró que la absorbibilidad de calcio era en realidad mayor para la col rizada que para la leche, y concluyó que “las verduras tales como la col rizada pueden ser consideradas al menos tan buenas como la leche en términos de absorbibilidad de calcio” [15]. Las legumbres también son ricas en calcio. El zumo de naranja enriquecido proporciona grandes cantidades de calcio en forma apetitosa [16].

El calcio es sólo uno de los muchos factores que afectan al hueso. Otros factores son las hormonas, el fósforo, el boro, el ejercicio, el tabaco, el alcohol y los medicamentos [17-20]. Las proteínas son también importantes en el equilibrio cálcico. Las dietas ricas en proteínas, particularmente proteínas animales, fomentan la pérdida de calcio [21-23].

Recomendaciones

No existe ninguna necesidad nutricional de productos lácteos, y hay serios problemas que pueden acarrear sus proteínas, azúcar, grasa y contaminantes.
Por consiguiente, ofrecemos las siguientes recomendaciones:

La lactancia materna es el método preferente para la alimentación infantil.
Como recomienda la Academia Americana de Pediatría, no debería darse leche entera de vaca a los bebés menores de un año.

Los padres deberían estar alerta sobre los riesgos potenciales para sus hijos derivados del consumo de leche de vaca.

La leche de vaca no debería ser obligatoria o recomendada en las pautas gubernamentales.

Los programas del gobierno, tales como los de comidas escolares, deberían ser consecuentes con estas recomendaciones.



Referencias
1. American Academy of Pediatrics, Committee on Nutrition. The use of whole cow’s milk in infancy. Pediatrics 1992;89:1105-9.
2. Pennington JAT, Church HN. Food values of portions commonly used. New York, Harper and Row, 1989.
3. Ziegler EE, Fomon SJ, Nelson SE, et al. Cow milk feeding in infancy:
further observations on blood loss from the gastrointestinal tract. J Pediatr 1990;116:11-8.
4. Scott FW. Cow milk and insulin-dependent diabetes mellitus: is there a relationship? Am J CLin Nutr 1990;51:489-91.
5. Karjalainen J, Martin JM, Knip M, et al. A bovine albumin peptide as a possible trigger of insulin-dependent diabetes mellitus. N Engl J Med 1992;327:302-7.
6. Roberton DM, Paganelli R, Dinwiddie R, Levinsky RJ. Milk antigen absorption in the preterm and term neonate. Arch Dis Child 1982;57:369-72.
7. Bruining GJ, Molenaar J, Tuk CW, Lindeman J, Bruining HA, Marner B.
Clinical time-course and characteristics of islet cell cytoplasmatic antibodies in childhood diabetes. Diabetologia 1984;26:24-29.
8. Cramer DW, Willett WC, Bell DA, et al. Galactose consumption and metabolism in relation to the risk of ovarian cancer. Lancet 1989;2:66-71.
9. Simoons FJ. A geographic approach to senile cataracts: possible links with milk consumption, lactase activity, and galactose metabolism. Digestive Diseases and Sciences 1982;27:257-64.
10. Couet C, Jan P, Debry G. Lactose and cataract in humans: a review. J Am Coll Nutr 1991;10:79-86.
11. Holick MF, Shao Q, Liu WW, Chen TC. The vitamin D content of fortified milk and infant formula. New Engl J Med 1992;326:1178-81.
12. Jacobus CH, Holick MF, Shao Q, et al. Hypervitaminosis D associated with drinking milk. New Engl J Med 1992;326:1173-7.
13. Riggs BL, Wahner HW, Melton J, Richelson LS, Judd HL, O’Fallon M.
Dietary calcium intake and rates on bone loss in women. J Clin Invest 1987;80:979-82.
14. Feskanich D, Willett WC, Stampfer MJ, Colditz GA. Milk, dietary calcium, and bone fractures in women: a 12-year prospective study. Am J Publ Health 1997;87:992-7.
15. Heaney RP, Weaver CM. Calcium absorption from kale. Am J Clin Nutr 1990;51:656-7.
16. Nicar MJ, Pak CYC. Calcium bioavailability from calcium carbonate and calcium citrate. J Clin Endocrinol Metab 1985;61:391-3.
17. Dawson-Hughes B. Calcium supplementation and bone loss: a review of controlled clinical trials. Am J Clin Nutr 1991;54:274S-80S.
18. Mazess RB, Barden HS. Bone density in premenopausal women: effects of age, dietary intake, physical activity, smoking, and birth control pills. Am J Clin Nutr 1991;53:132-42.
19. Nelson ME, Fisher EC, Dilmanian FA, Dallal GE, Evans WJ. A 1-y walking program and increased dietary calcium in postmenopausal women: efect on bone. Am J Clin Nutr 1991;53:1304-11.
20. Nielsen FH, Hunt CD, Mullen LM, Hunt JR. Effect of dietary boron on mineral, estrogen, and testosterone metabolism in postmenopausal women.
FASEB J 1987;1:394-7.
21. Zemel MB. Role of the sulfur-containing amino acids in protein-induced hypercalciuria in men. J Nutr 1981;111:545.
22. Hegsted M. Urinary calcium and calcium balance in young men as affected by level of protein and phosphorus intake. J Nutr 1981;111:553.
23. Marsh AG, Sanchez TV, Mickelsen O, Keiser J, Mayor G. Cortical bone density of adult lacto-ovo-vegetarian and omnivorous women. J Am Dietetic Asso 1980;76:148-51.

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