jueves, 22 de julio de 2010

LICENCIADA EN FILOHIJITOLOGIA






"Si quiere usted llevar a su hijo en brazos, o darle el pecho, hágalo. Si quiere dejar de trabajar durante meses o años para cuidarlo, o rechazar una magnífica oportunidad de trabajo en el extranjero para estar con su familia, hágalo. Pero sólo si quiere. Si no quiere, pues no lo haga...
...No son sacrificios, son elecciones. Vivir es elegir, los días sólo tienen veinticuatro horas y el que hace una cosa no puede hacer otra al mismo tiempo. Elija lo que en cada momento le parezca mejor, y ya está. Quien hace lo que quiere no está renunciando, sino logrando; no se sacrfica, sino que triunfa."

Carlos González,
Un regalo para toda la vida, capítulo 2



Siempre quise tener "hijitos", bien a lo Susanita (1). Si de chica me preguntaban qué quería ser cuando grande, yo decía: quiero ser madre... y maestra (o doctora) según las inclinaciones vocacionales del día.

Soñaba con tener hijitos, sin importar que fueran nenas o nenes, o su apariencia física, o lo que serían de adultos... que fueran como quisieran... porque en definitiva, el sueño de cómo ser es su propio sueño, el mío era y es, ser su mamá.

A veces pienso en ese año y medio de facultad... un esfuercito más y lo lograba, pero el costo era perderne los primeros años de Consuelo. Hubo un nuevo intento, antes de quedar embarazada de Noah... lo mismo...

Son elecciones. Yo no quería perderme un instante de sus vidas y que luego fueran otros: las maestras de la guardería, o los abuelos, quienes me contaran de sus primeros pasos, o la palabra nueva que aprendieron... quería estar en la escena, ser su pricipal testigo, saborear cada instante de sus risas, sus pucheros y hasta sus rabietas.

No ha sido sencillo, pero sí maravilloso: han hecho nido en mis brazos, se han alimentado de mi cuerpo y han dormido al arrullo de mi corazón.

Elecciones... aunque a veces pareciera que uno debe excusarse por haber elegido quedarse en casa y esperar a los niños con leche y pan casero, y sentarse a escucharlos comentar su día, o ayudarlos con los deberes.

Hoy el mensaje es otro: las "verdaderas" mujeres trabajan fuera de casa, se realizan en sus profesiones y le dan "calidad" de tiempo a sus hijos en lugar de cantidad (al final de esta nota lean lo que escribe Carlos Gonzalez al respecto). Está claro que en muchos hogares si la mamá no trabaja, los niños no comen, pero también hay otros casos donde ajustándose un poco con los gastos, las mamás y los papás podrían pasar más horas con sus hijos.

Esto tiene que ver con los paradigmas de nuestra cultura: por un lado el consumo, por el consumo mismo y por el otro, un cambio en el rol de la mujer, que pasó de administrar los recursos, a generarlos, aumentando así las posibilidades de consumo de la familia, que es en definitiva lo que pretenden las élites económicas.

No es casual que comenzara a hablarse de "derechos femeninos" en pleno auge de la era industrial... ¿qué acaso antes la situación de la mujer en el mundo era justa?. Para nada, pero no importaba, el tema no salía a la luz porque la mujer estaba fuera de la economía, y lo que hiciera o dejara de hacer no afectaba demasiado los intereses de las grandes grupos financieros.

En épocas de miseria (crisis del '29, recomiendo leer : Hittler ganó la guerra. o Nadie vio Matrix, ambos de Walter Graziano) las mujeres ingresaron al mercado laboral empujadas por el hambre. Ahora bien ¿cómo lograron mantenerlas ahí? ¿cómo consiguieron que una madre desoyera miles de años de evolución y abandonase a su bebé de 45 días en manos de una niñera?. Pués de la misma manera en que obtienen todo lo demás: educando a las masas a través de cientos de mensajes que llegan constantemente por distintos medios: la escuela, los libros, diarios, televisión, radio, cine.

¿Acaso alguien creería, en su ingeniudad, que es casual que aparecieran en el mercado las leches maternizadas, luego de una violenta campaña de desprestigio contra la lactancia materna?. La lactancia materna a demanda, característica de nuestra especie (buscar en etiquetas notas referidas al tema) resultaba incompatible con las exigencias horarias de las empresas. Aún hoy, y a pesar de los esfuerzos por dar legalmente horas de lactancia, resulta una complicación más en la vida de la mujer, tanto que a la larga termina abandonándola.

Las leches maternizadas mueven miles de millones de dólares por año, lo mismo que las farmaceúticas que fabrican los medicamentos que necesitan los niños para sanar de enfermedades que no contraerían de estar alimentandos con leche materna.

Pero eso no es todo. Dice Casilda Rodrigáñez (2): Actualmente se separa sistemáticamente a la criatura recién nacida de la madre, con la excusa de lavar y de inspeccionar clínicamente a la criatura; esto produce la interrupción de la impronta, y es una negación de la sexualidad femenina, uno de los estados de mayor placer de nuestras vidas; y también la de la misma criatura, que queda dañada de por vida (a esto se le llama ‘falta básica’).

Los padres de nuestra civilización descubrieron lo que hay que hacer para convertir un toro en un buey y poder utilizar su fuerza sumisa para tirar de la carreta o labrar los campos: castrarlo cuando es muy pequeño; entonces inventaron la ganadería, tener un montón de vacas, de ovejas o de lo que sea, reproduciendo lo que interesa; se trata de dominar a la especie en cuestión para reducir su vitalidad sin matarla del todo para poder explotar la producción de esas vidas mutiladas. Este arte de la dominación, de la devatación y de la explotación lo aplicaron a la sociedad humana, para conseguir ejércitos para las guerras de conquista, y esclavos para el trabajo forzado. En la especie humana, había que manipular la capacidad reproductora de la mujer para manipular las criaturas nada más nacer y criarlas en la carencia, en la represión y en el miedo, para ir formando el acorazamiento psicosomático necesario tanto para la crueldad y la competitividad del guerrero como para la resignación del esclavo; en este proceso es imprescindible que la madre amante y enamorada de su criatura se transforme en madre patriarcal capaz de reprimirla en lugar de complacerla, capaz de anteponer los objetivos de su promoción social a su bienestar inmediato.


La socialización es un proceso de manipulación de la herida producida por la falta de madre, y de la ansiedad que mana de esta herida. Por eso lo simbólico es tan importante y actúa con tanta eficacia: porque nos atrapa en lo más hondo y además inconscientemente. El contenido de esta manipulación, que tiene lugar a lo largo del proceso de socialización, es un permanente chantaje emocional: para que te den un poco de lo que te han quitado tienes que obedecer y cumplir las reglas establecidas.

Los invito a que encuentren un mensaje que le diga a la mujer que se quede en casa, cuidando de sus hijos, que eso es más importante que poder cambiar el auto, ir de vacaciones, comprar electrodomésticos o mandarlos a colegios privados. Encuentren un mensaje donde se muestre a una mujer realizada siendo mamá.

Pero además les propongo otro juego. Visualicemos a esos primeros humanos que dormían en cavernas. Imaginemos que se les dice a las mujeres que no sean tontas, que tienen los mismos derechos que los hombres de ir a cazar búfalos, enfrentar lobos y leones, que nada de quedarse con la prole, ni dar el pecho (mejor leche de búfala), ni cocinar, o hacer la ropa para abrigarse. La verdadera mujer sale de la caverna, corre riesgos, lucha contra las fieras, gana territorios... La verdadera mujer retrasa sus embarazos en pos de su "carrera" (¿quién puede "correr" tras un ciervo con 8 meses de embarazo a cuestas?).

¿Lo imaginan? un gran silencio reinaría en el mundo, al menos un silencio de los ruidos humanos. No existiría la humanidad: los pocos niños nacidos habrían muerto de hambre, frío, devorados por bestias o insectos. Las mujeres habrían sido demasiado viejas para embarazarse cuando por fin el peso de los años las obligara a dejar las correrías... un gran silencio reinaría en el mundo...
quién sabe... quizás sería mejor... para las otras especies...

¿Significa esto que las mujeres deben sólo dedicarse al cuidado de los hijos?. En mi humilde opinión, sí, al menos hasta los dos ó tres años de los niños, o limitar al mínimo posible de horas la separación. Y esto debería estar amparado por la ley laboral.

Hemos sido tan cruelmente manipuladas que ni siquiera somos concientes de nuestro derecho a la maternidad: peleamos por aumentos salariales y no pedimos que se nos deje ejercer nuestro más básico derecho como mujeres: el de cuidar y criar a nuestros hijos, la mayor riqueza de este mundo.

Carlos Gonzalez dice en Bésame mucho:

«Pues no sé de qué te sirve quedarte en casa.
Yo paso menos tiempo con mi hijo, pero es tiempo de calidad, que es lo que
importa. »


¿Y quién dice que mi tiempo no es de calidad? A igualdad
de calidad, mis hijos y yo tenemos más tiempo.


Tendríamos que convencer de esto a nuestros jefes: «A par-
tir de ahora, vendré sólo dos horas al día a trabajar, pero
como será tiempo de calidad, haré lo mismo que otros enocho horas y cobraré lo mismo. » ¿A que no cuela? En cual-
quier trabajo o en cualquier actividad, desde poner ladrillos
hasta tocar el piano, sólo se puede conseguir el éxito a base
de «echarle horas». ¿Por qué pretenden hacernos creer que
cuidar a nuestros hijos es, precisamente, la única actividad
humana en que el tiempo se hace elástico?

(1) personaje de la tira cómica Mafalda, de Quino.
(2) Matricidio, de Casilda Rodrigañez







2 comentarios:

  1. muy buen post! lo has explicado tan bien...sobre todo esa última parte del trabajo de dos horas igual remunerado que el de 8. Estoy cansada de escuchar el argumento de las horas de calidad.
    Y pienso como vos en que quienes podamos y hayamos decidido quedar embarazadas, traer un hijo al mundo deberíamos por lo menos durante dos años limitar nuestro tiempo lejos de él. Y esto resultaría positivo no solo para el niño, sinó también para la madre. No me ha sucedido nada que me haya hecho crecer tanto interirmente y fortalecido, cómo lo ha hecho la maternidad.Si la mujer se lo permite son años indispensables para el crecimiento espiritual.

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  2. Jo Luz, que buena entrada, y que bien traidos los fragmentos de los libros que citas. Tienes una capacidad tremenda para escribir, ademas lo haces de una manera fluida y facil de leer.

    Al lado de esto mi entrada se queda pequeñiiiita!!!!jajaja.

    Enhorabuena una vez mas!

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